ASTROLOGÍA

¿Cuál es tu herida emocional según tu signo?

Tu signo no solo habla de tu personalidad, también revela la herida emocional que cargas y que influye en cómo amas, reaccionas y te relacionas

Escrito en TENDENCIAS el

Todos cargamos con una cicatriz invisible. A veces se manifiesta en la forma en que amamos, en cómo nos defendemos o en lo que evitamos. La astrología la llama “herida emocional” y puede ayudarte a entender por qué repites ciertos patrones y cómo empezar a sanar.

Cada signo del zodiaco representa una energía particular y con ella, también arrastra ciertos miedos, vacíos o heridas emocionales. Estas no nos definen, pero sí influyen en nuestras decisiones, vínculos y la forma en la que enfrentamos el mundo.

Conocerla no es para justificarse, sino para ponerle nombre a lo que duele y romper ciclos.

ARIES – Herida de insuficiencia

Siempre corre, siempre compite. Detrás de su fuerza está el miedo a no ser suficiente o quedarse atrás.
Sana cuando aprende a detenerse, validarse y no medir su valor con logros.

TAURO – Herida de pérdida

Le cuesta soltar, incluso cuando algo ya no le hace bien. Su miedo al cambio lo ata a lo conocido.
Sana al comprender que perder no siempre es quedarse sin nada, a veces es liberación.

GÉMINIS – Herida de incomprensión

Siente que tiene que adaptarse a todos para no ser excluido. Se dispersa por miedo a ser juzgado.
Sana cuando se permite mostrarse tal como es, incluso si no todos lo entienden.

CÁNCER – Herida de abandono

Protege, se aferra y se entrega por completo, pero teme que lo dejen.
Sana al encontrar seguridad en sí mismo y al entender que no necesita cargar con todos.

LEO – Herida de desvalorización

Aunque brilla, muchas veces duda de su merecimiento. Necesita aprobación para sentirse visto.
Sana cuando reconoce que su luz no depende de aplausos externos.

VIRGO – Herida de imperfección

Se exige demasiado, y también a los demás. Siente que todo debe estar “bien” para estar en paz.
Sana al aceptar que el error no es falla, sino parte del proceso.

LIBRA – Herida de rechazo

Evita el conflicto a toda costa. Se adapta para no ser rechazado o juzgado.
Sana cuando se da permiso de incomodar y de poner límites sin culpa.

ESCORPIO – Herida de traición

Desconfía por naturaleza. Tiene miedo de entregar el corazón y ser lastimado.
Sana cuando aprende a soltar el control y a no cargar con lo que ya pasó.

SAGITARIO – Herida de encierro

Huye del compromiso emocional profundo. Prefiere moverse antes que quedarse y enfrentar.
Sana cuando entiende que libertad también es poder quedarse y crecer desde ahí.

CAPRICORNIO – Herida de inadecuación

Siente que todo lo debe ganar con esfuerzo y que nunca es suficiente.
Sana al permitirse descansar, sentir y disfrutar sin tener que demostrar nada.

ACUARIO – Herida de exclusión

Siente que no encaja. Se aleja antes de que lo rechacen.
Sana al abrazar su autenticidad y entender que pertenecer no es dejar de ser uno mismo.

PISCIS – Herida de confusión

Se pierde en lo emocional y a veces no distingue lo propio de lo ajeno.
Sana cuando pone límites y se recuerda constantemente quién es.

¿Cómo empezar a sanar?

  1. Nómbrala: cuando identificas tu herida, dejas de actuar en automático.

  2. Obsérvala: nota cuándo se activa y con quién.

  3. Respira antes de reaccionar: cambia la respuesta y rompes el patrón.

  4. Apóyate: terapia, journaling o hablarlo con alguien de confianza.

  5. Sé amable contigo: no todo se resuelve rápido, pero cada paso importa.

Reconocer la herida no te hace débil, te hace consciente. Y desde ahí, puedes empezar a tomar decisiones que no nazcan del miedo, sino del amor propio. Porque sí, se puede vivir sin repetir la misma historia. Solo hay que atreverse a mirar dentro.