Todos cargamos con una cicatriz invisible. A veces se manifiesta en la forma en que amamos, en cómo nos defendemos o en lo que evitamos. La astrología la llama “herida emocional” y puede ayudarte a entender por qué repites ciertos patrones y cómo empezar a sanar.
Cada signo del zodiaco representa una energía particular y con ella, también arrastra ciertos miedos, vacíos o heridas emocionales. Estas no nos definen, pero sí influyen en nuestras decisiones, vínculos y la forma en la que enfrentamos el mundo.
Conocerla no es para justificarse, sino para ponerle nombre a lo que duele y romper ciclos.
Te podría interesar
- Rituales de sanación
Eclipse: conecta con la abundancia y la buena energía a través de estos poderosos rituales
- Astros advierten un cambio
Ni se te ocurra llevar este color de uñas; podría traerte mala suerte en la luna llena de junio 2025
- Moda Astrologica
¿Sandalias, sneakers o plataformas? Elige tu par ideal según tu horóscopo
ARIES – Herida de insuficiencia
Siempre corre, siempre compite. Detrás de su fuerza está el miedo a no ser suficiente o quedarse atrás.
Sana cuando aprende a detenerse, validarse y no medir su valor con logros.
TAURO – Herida de pérdida
Le cuesta soltar, incluso cuando algo ya no le hace bien. Su miedo al cambio lo ata a lo conocido.
Sana al comprender que perder no siempre es quedarse sin nada, a veces es liberación.
GÉMINIS – Herida de incomprensión
Siente que tiene que adaptarse a todos para no ser excluido. Se dispersa por miedo a ser juzgado.
Sana cuando se permite mostrarse tal como es, incluso si no todos lo entienden.
CÁNCER – Herida de abandono
Protege, se aferra y se entrega por completo, pero teme que lo dejen.
Sana al encontrar seguridad en sí mismo y al entender que no necesita cargar con todos.
LEO – Herida de desvalorización
Aunque brilla, muchas veces duda de su merecimiento. Necesita aprobación para sentirse visto.
Sana cuando reconoce que su luz no depende de aplausos externos.
VIRGO – Herida de imperfección
Se exige demasiado, y también a los demás. Siente que todo debe estar “bien” para estar en paz.
Sana al aceptar que el error no es falla, sino parte del proceso.
LIBRA – Herida de rechazo
Evita el conflicto a toda costa. Se adapta para no ser rechazado o juzgado.
Sana cuando se da permiso de incomodar y de poner límites sin culpa.
ESCORPIO – Herida de traición
Desconfía por naturaleza. Tiene miedo de entregar el corazón y ser lastimado.
Sana cuando aprende a soltar el control y a no cargar con lo que ya pasó.
SAGITARIO – Herida de encierro
Huye del compromiso emocional profundo. Prefiere moverse antes que quedarse y enfrentar.
Sana cuando entiende que libertad también es poder quedarse y crecer desde ahí.
CAPRICORNIO – Herida de inadecuación
Siente que todo lo debe ganar con esfuerzo y que nunca es suficiente.
Sana al permitirse descansar, sentir y disfrutar sin tener que demostrar nada.
ACUARIO – Herida de exclusión
Siente que no encaja. Se aleja antes de que lo rechacen.
Sana al abrazar su autenticidad y entender que pertenecer no es dejar de ser uno mismo.
PISCIS – Herida de confusión
Se pierde en lo emocional y a veces no distingue lo propio de lo ajeno.
Sana cuando pone límites y se recuerda constantemente quién es.
¿Cómo empezar a sanar?
-
Nómbrala: cuando identificas tu herida, dejas de actuar en automático.
-
Obsérvala: nota cuándo se activa y con quién.
-
Respira antes de reaccionar: cambia la respuesta y rompes el patrón.
-
Apóyate: terapia, journaling o hablarlo con alguien de confianza.
-
Sé amable contigo: no todo se resuelve rápido, pero cada paso importa.
Reconocer la herida no te hace débil, te hace consciente. Y desde ahí, puedes empezar a tomar decisiones que no nazcan del miedo, sino del amor propio. Porque sí, se puede vivir sin repetir la misma historia. Solo hay que atreverse a mirar dentro.