Britney Spears sorprendió recientemente al compartir en su cuenta de Instagram una afirmación impactante, al mencionar que siente haber sufrido un daño cerebral irreversible, lo que sumó un nuevo capítulo a su larga historia de controversias y recuperaciones personales.
En su publicación, la estrella pop comparó metafóricamente su situación con la película “Maléfica”, afirmando: “Sentí que mis alas me fueron arrancadas y que ocurrió daño cerebral hace mucho tiempo, ciento por ciento”. También relató haber permanecido varios meses sin poder moverse como antes, lo que aludió a una etapa traumática en su vida.
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La revelación ocurre en medio del lanzamiento del libro de memorias de su exesposo Kevin Federline, lo que ha alimentado especulaciones sobre si su comentario pretende también responder a las acusaciones que él ha hecho en contra de ella. Spears, sin embargo, destacó que su prioridad son sus hijos y su bienestar personal.
Aunque no especificó detalles médicos ni nombró un diagnóstico clínico, dejó claro que el “daño cerebral” al que se refirió fue consecuencia de una experiencia en la que afirma haber estado restringida, sin privacidad, sin movilidad y bajo supervisión permanente, durante varios meses.
La reacción del público y los medios ha sido inmediata, expertos en salud mental señalan que, independientemente de la literalidad del término “daño cerebral”, el mensaje subraya el gran impacto que la salud emocional y los periodos de aislamiento o control pueden tener en una persona, especialmente en el contexto de la industria del entretenimiento.
Por su parte, la cantante no ha ofrecido entrevistas ampliadas sobre el tema, ni ha publicado un documento médico, sin embargo, sus declaraciones han reavivado el debate sobre los años de tutela legal que atravesó, su salida del control de su padre y la presión que ello generó en su vida personal y profesional.
Este nuevo testimonio de Britney Spears refuerza su postura de hablar abiertamente sobre su proceso, no solo como artista, sino como mujer que ha pasado por situaciones extremas, su mensaje, tanto simbólico como literal, plantea preguntas acerca del costo de la fama y la importancia de reconocer el daño, visible o invisible, que el control y la ausencia de libertad pueden provocar.