Kim Kardashian sorprendió al revelar en un adelanto de la nueva temporada de su serie que fue diagnosticada con un “pequeño aneurisma” cerebral tras una resonancia magnética de rutina. Señaló que los médicos atribuyeron el problema al estrés, especialmente vinculado al proceso de divorcio con Kanye West.
La empresaria explicó que la tensión constante y la presión mediática causada por su matrimonio, y posteriormente por la coparentalidad, derivaron en una recaída de su psoriasis, una condición que creía superada. “No la había tenido desde que me divorcié… y vuelve”, relató visiblemente emocionada.
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La modelo admitió que su relación con West fue emocionalmente agotadora y comparó la experiencia con lo que identificó como un síndrome de Estocolmo: “Siempre sentí que tenía que ayudarle, me sentía responsable”, dijo sobre sus años juntos.
Kardashian subrayó que, tras su separación concluida en 2022, ha estado más centrada que nunca en la salud y el bienestar de sus cuatro hijos, aseguró que uno de los detonantes de su crisis médica fue la necesidad constante de “protegerlos” de los episodios públicos de West.
También abordó la dificultad de gestionar la narrativa pública. “Dicen que estoy reteniendo a los niños. Él nunca llamó. Es un divorcio, no un secuestro”, puntualizó, aclarando que la exposición mediática añadió capas de estrés que impactaron su organismo.
Especialistas en salud coinciden en que un aneurisma cerebral puede manifestarse silenciosamente y que el estrés crónico es un factor desencadenante reconocido. La revelación de Kardashian abre espacio para una discusión sobre la conexión entre salud mental, estrés prolongado y enfermedades neurológicas.
Con esta apertura, Kim Kardashian no solo comparte un capítulo de su vida privada, sino que envía un mensaje sobre la importancia del autocuidado, la visibilidad y la ruptura de tabúes en torno a la salud femenina y la mental.