Tom Cruise fue honrado con un Oscar honorífico en la 16ª edición de los Governors Awards, un reconocimiento a su trayectoria de más de 44 años en la industria cinematográfica. El actor finalmente sostuvo una estatuilla dorada en el Ray Dolby Ballroom de Los Ángeles en una ceremonia cargada de emoción.
La distinción le fue entregada por el director Alejandro González Iñárritu, quien trabaja actualmente con él en un proyecto conjunto. En su discurso, Cruise expresó que “hacer películas no es lo que hago, es quién soy”, un sentimiento profundo que subraya su conexión vital con el cine.
La Academia destacó su impacto no solo por sus papeles icónicos en películas como “Misión: Imposible”, “Jerry Maguire” o “Top Gun”, sino también por su vocación por hacer sus propias escenas de riesgo, defendiendo la experiencia cinematográfica en salas de cine.
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En la ceremonia también fueron reconocidos otros grandes: Debbie Allen recibió un premio honorífico por su trayectoria en la coreografía y el arte, y Wynn Thomas fue premiado por su labor como diseñador de producción, además, Dolly Parton recibió el Premio Humanitario Jean Hersholt, aunque no pudo asistir por motivos de salud.
Cruise aprovechó su momento para agradecer a compañeros, estudios y a “todos aquellos que creen en esta forma de arte”, asegurando que seguirá defendiendo el cine como medio para unir a las personas, incluso bromeando sobre sus escenas de acción: “Ojalá sin romperme muchos más huesos”.
Este Oscar honorífico marca un punto de inflexión en la carrera de Tom Cruise, tras cuatro nominaciones sin ganar, recibe por fin una estatuilla que celebra su legado. Su emoción y humildad resonaron en Hollywood, consolidándolo no solo como estrella de taquilla, sino como un pilar del cine.