Miss Universo es uno de los certámenes más seguidos a nivel mundial, donde cada edición genera expectativa por la calidad de las participantes, la organización del evento y la atención mediática que rodea la competencia.
Desde las preliminares hasta la coronación, todo el proceso se observa de cerca y cualquier imprevisto o controversia puede convertirse en tema de discusión internacional.
El certamen de Miss Universo 2025 enfrenta un fuerte escándalo tras la renuncia de dos de sus jueces más destacados. Omar Harfouch, pianista y miembro del jurado, anunció su salida denunciando un supuesto fraude en la preselección de finalistas, alegando que se realizó una votación secreta sin la participación del jurado oficial.
Según Harfouch, ese comité no oficial estaría compuesto por personas con intereses personales vinculados a algunas concursantes, lo que constituiría un conflicto de interés grave.
Claude Makélélé, exfutbolista francés y también juez, presentó su renuncia alegando “razones personales imprevistas”, justo en medio de la polémica.
Harfouch declaró sentirse “engañado y utilizado públicamente” para legitimar un proceso que considera “viciado” y anunció que ya ha consultado con abogados en Nueva York para evaluar la posibilidad de presentar una demanda contra la Organización Miss Universo por posibles delitos como fraude, corrupción y abuso de poder.
Por su parte, la Miss Universe Organization (MUO) negó las acusaciones, asegurando que el comité mencionado corresponde a su programa social Beyond the Crown, que no interviene en la elección de finalistas ni en la selección oficial de ganadoras.
La organización también advirtió legalmente a Harfouch sobre el uso de la marca si continúa haciendo declaraciones públicas no autorizadas.
Este incidente ha encendido un debate sobre la transparencia del certamen y ha generado atención internacional mientras los seguidores del concurso siguen de cerca los acontecimientos.