Antes de convertirse en la pareja más emblemática de Roberto Gómez Bolaños, Florinda Meza estuvo comprometida con alguien muy cercano a él: Enrique Segoviano, director dominicano naturalizado mexicano que fue pieza clave en la producción de El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado. A continuación, te contamos la historia de este triángulo amoroso.
La historia entre ellos surgió en los primeros años de grabación del universo Bolaños. Giras, largas jornadas de rodaje y un equipo en constante movimiento crearon el escenario perfecto para un vínculo que, aunque discreto, fue reconocido por miembros del elenco y biógrafos no oficiales.
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En una entrevista con el periodista Gerardo Rozín, Florinda lo confirmó sin rodeos: “Yo estaba a punto de casarme, y ahí a Roberto le dio la garrotera”.
Segoviano y Meza compartieron no solo espacios de trabajo, sino una etapa sentimental intensa, al punto de comprometerse formalmente. Todo esto sucedió antes de que Florinda iniciara su polémica y mediática relación con Chespirito, quien en ese momento seguía casado con Graciela Fernández, madre de sus seis hijos.
La historia ha vuelto a resonar con el estreno de Chespirito: sin querer queriendo, la serie biográfica producida por Max. En uno de los primeros episodios se representa una escena simbólica: Chespirito recibe una nota misteriosa para encontrarse con Doña Florinda en un restaurante. Aunque sus nombres fueron modificados, la secuencia representa el inicio de un triángulo que marcaría la vida sentimental y profesional del elenco.
En la vida real, ese tercer vértice era Segoviano. Responsable de la estética visual de los programas más emblemáticos de Gómez Bolaños, su nombre cerraba cada capítulo con la frase: “Dirección: Enrique Segoviano”. Además de dirigir El Chavo y El Chapulín, estuvo detrás de películas como El Chanfle y programas como 100 mexicanos dijeron.
A pesar del compromiso entre Florinda y Enrique, fue Bolaños quien persistió. Florinda Meza narra en entrevistas que Bolaños le enviaba flores donde quiera que estuviera, incluso mientras ella estaba con otro pretendiente.
“Un día dejó de mandarme flores y algo se desacomodó en el mundo para mí”, confesó Meza.
Aunque el romance con Segoviano terminó antes de que estallara el vínculo con Chespirito, dejó una marca en los años de formación del equipo.