El Rey Carlos III eligió una manera muy peculiar de celebrar el Día del Padre este año, y aunque muchos esperaban un gesto hacia sus hijos, especialmente hacia el príncipe Harry, lo cierto es que el monarca decidió mirar hacia el pasado, desatando una nueva ola de especulaciones sobre la relación rota con su hijo menor.
A través de la cuenta oficial de la familia real británica en Instagram, se compartieron imágenes del Rey junto a su padre, el fallecido Príncipe Felipe, así como una postal de la reina Camila junto a su padre, Bruce Shand.
Un gesto muy general que no incluyó ninguna mención o imagen de sus hijos, ni del Príncipe William, futuro heredero, ni del Príncipe Harry, quien desde hace años mantiene una relación tensa con la corona.
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Las fotos, llenas de nostalgia, marcaron el tono del mensaje que se limitó a decir:
A todos los papás del mundo, les deseamos un feliz Día del Padre
Mientras Carlos encabezaba el tradicional desfile Trooping the Colour acompañado por William y sus nietos, la ausencia de Harry y Meghan volvió a hacer ruido. Aunque ya no sorprende su no participación en este tipo de actos, lo que sí generó conversación fue la frialdad del mensaje, que evitó cualquier guiño personal hacia sus hijos.
Y es que si bien Harry ha expresado públicamente su deseo de reconciliación, el gesto de Carlos parece decir lo contrario. La salud delicada del monarca, revelada a inicios de este año, encendió las alertas sobre un posible acercamiento. Sin embargo, el silencio fue el único protagonista este 16 de junio.
¿Qué pasa entre Carlos y Harry?
Desde que Harry y Meghan renunciaron a sus deberes reales en 2020 y se mudaron a California, la relación con la familia real se ha deteriorado notablemente. Desde entonces, han construido su vida independiente entre proyectos personales, acuerdos con Netflix y la labor de su fundación Archewell.
En entrevistas recientes, Harry ha dejado claro que su relación con su padre es prácticamente inexistente. Durante un juicio en Reino Unido por temas de seguridad, el duque de Sussex fue contundente:
Carlos no me habla, no tiene sentido seguir luchando. La vida es preciosa
Unas palabras que reflejan más que distancia, una herida abierta, que hasta el momento no parece estar cerca de sanar. El gesto del rey no solo llamó la atención por lo que mostró, sino por lo que eligió no mostrar. En un día tan simbólico, no hacer mención de sus hijos, en especial de uno que ha pedido públicamente acercarse, fue leído como una nueva muestra del distanciamiento emocional que los separa.
Quizá para Carlos fue un acto diplomático. Quizá fue una decisión personal. Pero para el ojo público, el Rey habló sin decir una palabra y el mensaje fue claro.