El lanzamiento de la serie 'Chespirito: Sin querer queriendo' puso la lupa sobre la vida privada de Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños. Entre las dudas que más inquietan al público sobresale una, la razón por la que la pareja nunca tuvo hijos.
El romance se hizo oficial en 1977, cuando ella tenía 22 años y él 48, todavía casado con Graciela Fernández, madre de sus seis hijos. Décadas después, en 2004, Florinda y Roberto contrajeron matrimonio civil; siguieron juntos hasta 2014, año en que el comediante falleció, siempre sin descendencia en común.
Con la serie de Max en boca de todos, resurgió una entrevista que Meza concedió a Gustavo Adolfo Infante en 2014, donde aclaró el tema. La actriz recordó que, al iniciar su relación
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Cuando Roberto llegó a mi vida, él ya estaba vasectomizado. Después de dos años de vivir juntos, cuando todavía se podía hacer el regreso, yo se lo propuse, pero él me explicó por qué razón no lo haría
Según relató la propia Florinda, él añadió que “a los hijos se les quiere a través de la madre” y temía preferir a un hijo suyo por encima de los demás.
En la misma charla, Meza citó las palabras con las que Gómez Bolaños selló su decisión
Un hijo mío, amándome como me amaba (Roberto), sería su adoración y él no podría cargar con el peso de la culpa de amar menos a los otros.
Al escritor también le inquietaba que un posible hijo biológico sufriera críticas o comparaciones con sus medios hermanos. La actriz volvió sobre el asunto en 2023, durante el noveno aniversario luctuoso de Chespirito, a quien recordó con un video a modo de cuento
Él, Roberto, ya estaba casado y con 6 hijos. Y otra tragedia, se había hecho la vasectomía (...) pero ella, Florinda, que así se llama, decidió sacrificar su maternidad por estar con el amor de su vida. Él siempre se lo agradeció y lo decía todo el mundo, pero además le pesaba intensamente no poder tener hijos con el amor de su vida, con su mujer ideal, así solía llamarla y lo decía en todas partes
Con estas palabras queda claro que la ausencia de hijos no fue fruto del azar, sino de una decisión conjunta marcada por amor, responsabilidades previas y la voluntad de no alterar el vínculo de Roberto con su familia. Así, el legado de Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños se escribe sin descendencia compartida, pero cargado de historias que siguen conquistando pantalla y corazón.