El famoso estilista de celebridades, mayormente conocido por trabajar con artistas de la talla de Kylie Jenner y Rosalía, perdió la vida el pasado 22 de febrero, un hecho que conmocionó al mundo de la moda y el espectáculo. Su partida fue especialmente dolorosa no solo por su talento y la huella que dejó en la industria, sino también por su corta edad.
Según el Departamento de Medicina Forense del Condado de Los Ángeles, su muerte fue causada por una neumonía severa provocada por una infección fúngica por Cryptococcus neoformans, una complicación derivada del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), el cual aparece en su expediente como segunda causa de muerte. El caso fue clasificado como muerte natural.
Desde septiembre del año pasado, Jesús había estado experimentando síntomas como pérdida de peso, escalofríos y debilidad, pero a pesar de estas señales de alerta, continuó viajando por trabajo a ciudades como Dublín, Londres y Dubái. Fue hospitalizado en Los Ángeles el 21 de febrero y falleció al día siguiente.
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Tras su fallecimiento, su amiga y fiel clienta Kylie Jenner ofreció cubrir todos los gastos funerarios y de repatriación a su ciudad natal, Houston, Texas. El funeral se llevó a cabo el 30 de marzo, con la emotiva presencia de Kylie y Jennifer López.
Una amistad que trascendió lo profesional
Más allá de la relación estilista-celebridad, la conexión entre Kylie Jenner y Jesús fue profunda y genuina. Kylie lo consideraba parte de su círculo más íntimo, alguien en quien confiaba plenamente tanto en lo personal como en lo profesional.
Su apoyo incondicional tras la partida de Jesús no solo se reflejó en los gastos funerarios, sino también en su presencia discreta pero significativa durante el funeral. Su gesto habla del cariño real que le tenía, una amistad que, sin duda, dejó huella en ambos y que seguirá viva en la memoria de quienes los conocieron.