Teo González, uno de los comediantes más reconocidos de la televisión mexicana, se abrió por completo en una entrevista con Yordi Rosado, donde recordó una de las experiencias más dolorosas de su vida y que marcó profundamente a su familia. Aunque él tenía solo cinco meses de nacido, los hechos que rodearon la muerte de su madre han permanecido en su memoria por las secuelas que dejaron en todos los que la amaban.
Durante la conversación, Teo contó que su madre tuvo un embarazo ectópico gemelar cuando él tenía apenas cinco meses. Fue llevada de urgencia al hospital, donde fue operada y perdió los productos del embarazo, pero salió bien de la intervención. Sin embargo, lo que vino después fue lo que acabó con su vida.
Todo lo posterior postoperatorio fue atendido por pasantes de medicina y cometieron muchos errores
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Entre esos errores, relató que le pusieron sangre que no era de su tipo, lo que le provocó convulsiones y vómito con sangre
Después de vomitar se empezó a ahogar porque se cristalizaron dos coágulos en la garganta
Teo también contó que su madre recibió una inyección con una aguja infectada. Esto le causó una grave infección en la zona, al grado de que “tuvieron que quitar toda la pieza de carne que se pudrió”. Como si eso no fuera suficiente, su cuerpo se debilitó rápidamente debido a las múltiples complicaciones y a la serie de cirugías a las que fue sometida en muy poco tiempo.
No sé si siete operaciones en veintidós días o algo así y al final le da una neumonía de lo baja que estaban sus defensas y falleció
La muerte de su madre dejó al papá de Teo solo con siete hijos, el mayor de 13 años y el menor, él mismo, con apenas cinco meses. “Mi padre se queda con 7 chamacos de 13 años a 5 meses”, compartió.
Durante la entrevista, Yordi Rosado también habló sobre una experiencia similar que vivió su propia madre tras su nacimiento, cuando le fue transfundida sangre infectada con hepatitis. Ambos coincidieron en que haber estado separados de sus madres desde tan pequeños impactó su desarrollo emocional y generó una necesidad profunda de contacto físico en sus vidas adultas.
A pesar de que han pasado décadas desde esta pérdida, el dolor sigue presente. Teo compartió este capítulo no solo como un acto de catarsis, sino también para visibilizar cómo los errores médicos pueden tener consecuencias irreparables.