RUMORES ACLARADOS

Raquel Bigorra rompe el silencio con Yordi Rosado y le confiesa si practica brujería | VIDEO

La conductora cubana habló abiertamente sobre los señalamientos que la ligan al esoterismo y reveló por qué le divierte el apodo

La conductora cubana habló abiertamente sobre los señalamientos que la ligan al esoterismo y reveló por qué le divierte el apodoCréditos: Web
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Tras años de especulaciones, Raquel Bigorra decidió hablar claro sobre los señalamientos que la han acompañado gran parte de su carrera: su supuesto vínculo con la brujería. En entrevista con Yordi Rosado, la conductora cubana no solo desmintió cualquier práctica esotérica, sino que sorprendió al confesar que, lejos de molestarle, le divierte que la llamen “bruja”.

La presentadora recordó que los rumores surgieron por su origen cubano y el sincretismo religioso característico de la isla, donde conviven creencias católicas y prácticas yoruba heredadas de África. Aunque creció en una familia católica, Raquel estuvo expuesta a celebraciones que incluían referencias a deidades africanas, algo común en la cultura cubana.

“Que me digan bruja… ¡y tengo unos poderes!”, bromeó Bigorra, usando el momento para darle un giro humorístico al tema. Incluso aprovechó la entrevista para mencionar su más reciente colaboración musical: Macumba, grabada junto al grupo Súper Lamas, un título que, irónicamente, juega con los términos que se le atribuyen.

En cuanto a sus creencias, la conductora fue clara: cree en Dios, en la Virgen y en figuras religiosas, pero no en limpias, amarres o rituales. “Jamás he practicado nada de eso”, aseguró, dejando en claro que cualquier comentario que la ligue al esoterismo es mera especulación.

Bigorra también reflexionó sobre cómo enfrenta este tipo de señalamientos. Reconoció que, aunque en su momento pueden resultar molestos, con el tiempo ha aprendido a no tomarlos de manera personal y a convertirlos en una oportunidad para reírse de sí misma. Su fe, afirmó, es algo íntimo y personal; pide velas para encomendar a sus seres queridos, pero sin recurrir a ceremonias místicas.