Un inesperado obstáculo puso en pausa el rodaje de Los Juegos del Hambre: Amanecer en la Cosecha. Los incendios forestales que afectaron Asturias, España, obligaron a suspender temporalmente las filmaciones, generando preocupación entre el equipo y los fanáticos que esperan con ansias la nueva entrega de la saga.
La producción había establecido su campamento base en Pola de Somiedo, donde se concentraban más de 300 personas entre actores, técnicos y personal de producción.
La cercanía de las llamas y la mala calidad del aire llevaron a los responsables a tomar la decisión de evacuar el lugar por seguridad, demostrando que la protección del equipo es una prioridad antes de cualquier escena.
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Pero el equipo de rodaje no se quedó de brazos cruzados. Además de evacuar, colaboraron activamente en las tareas de control del fuego. La productora puso a disposición dos camiones motobomba y seis bomberos, trabajando junto a las autoridades locales en las localidades de Caunedo y Villar de Vildas.
El alcalde de Somiedo, Belarmino Fernández, destacó la solidaridad y compromiso del equipo, valorando su apoyo en momentos tan críticos para las comunidades afectadas.
Tras la emergencia, la filmación se reanudó en Saliencia, un municipio de Somiedo seleccionado por sus paisajes naturales de bosques y lagos, ideales para recrear la atmósfera de la historia.
A pesar de los contratiempos, la producción mantiene la fecha de estreno prevista para el 20 de noviembre de 2026 y espera finalizar el rodaje a finales de agosto.
Este incidente evidencia no solo los desafíos que enfrenta una producción cinematográfica de gran escala, sino también la responsabilidad social del equipo ante situaciones de emergencia.
La participación activa en las labores de extinción resalta la solidaridad de la producción con la comunidad local, dejando claro que su compromiso va más allá de la pantalla y de la película en sí.
Con esta reanudación, la película retoma su camino hacia la pantalla grande, y el público podrá disfrutar de nuevas escenas mientras los bosques de Asturias vuelven a ser testigos de la magia de Los Juegos del Hambre.