Bad Bunny se encuentra en medio de un conflicto legal tras la demanda presentada por Román Carrasco Delgado, un hombre de 84 años residente en Humacao, Puerto Rico.
Carrasco alega que su propiedad, conocida como ‘La Casita’, fue utilizada sin su autorización en un cortometraje del artista y replicada posteriormente como parte de la escenografía de su residencia ‘No Me Quiero Ir de Aquí’.
Según la demanda, la casa fue explotada con fines comerciales sin consentimiento del propietario, lo que habría generado un perjuicio económico y afectado su privacidad. El documento señala que Carrasco, quien no sabe leer ni escribir, firmó un acuerdo digital sin comprender completamente su contenido, lo que complicaría aún más la situación legal.
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Además, el uso de la casa ha atraído la atención de fanáticos y medios, ocasionando visitas constantes a la propiedad y alterando la tranquilidad del dueño original. La demanda busca una compensación económica millonaria por los daños ocasionados, lo que abre un debate sobre los derechos de los propietarios frente al uso de sus propiedades en proyectos artísticos o comerciales.
Este caso se suma a la serie de polémicas legales y mediáticas que ha enfrentado Bad Bunny en los últimos años, y pone sobre la mesa la importancia de los permisos claros y la protección de la propiedad privada, incluso en el mundo del entretenimiento y los grandes conciertos.
Aún se desconoce cómo responderá el equipo legal del artista y si se llegará a un acuerdo fuera de los tribunales, pero sin duda este caso seguirá dando de qué hablar.