El reciente desfile de Balenciaga en París se convirtió en uno de los momentos más comentados de la temporada, no solo por el debut de Pierpaolo Piccioli como nuevo director creativo de la firma, sino también por la inesperada aparición de Meghan Markle, duquesa de Sussex. Según declaraciones del propio director creativo de la firma, la ex actriz se autoinvitó al evento, lo que tomó por sorpresa a la industria y al público.
En entrevista con The Cut, Piccioli reveló que Meghan lo contactó directamente para asistir al desfile y que, pese a no estar originalmente en la lista de invitados, decidió aceptar su petición de manera discreta. “Nos conocemos desde hace años y hemos mantenido contacto. Fue algo muy natural”, comentó.
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Durante el evento, celebrado el 4 de octubre en París, Meghan Markle apareció con un atuendo totalmente blanco compuesto por túnica, capa y pantalón de corte elegante, un diseño minimalista que muchos interpretaron como un guiño a la pureza y a la reinvención de su imagen pública. Su llegada causó un gran revuelo entre los asistentes y la prensa internacional, que rápidamente convirtió el momento en tendencia.
Sin embargo, su presencia no estuvo exenta de controversia, algunos críticos en redes sociales señalaron que Markle eligió apoyar a Balenciaga pese a las polémicas pasadas de la marca relacionadas con campañas inapropiadas, lo que generó debate sobre la coherencia entre su activismo y sus decisiones públicas. A pesar de ello, el equipo de relaciones públicas de la duquesa defendió que su asistencia se dio por una invitación personal de Piccioli y no como parte de una colaboración oficial.
El diseñador italiano, por su parte, describió el gesto de Meghan como “humano y auténtico”, explicó que “no hubo estrategia ni gran orquestación”, insistiendo en que su relación con la duquesa es amistosa y basada en el respeto mutuo, además, señaló que su aparición coincidió con su búsqueda de “redefinir la elegancia moderna” bajo el sello Balenciaga.
Para la industria de la moda, esta aparición representa más que una anécdota, es la primera vez que Meghan Markle asiste a un evento de alta costura desde su mudanza a California, y su presencia, aunque inesperada, refleja su habilidad para mantener relevancia global y para crear conversación en torno a cada una de sus apariciones. Pierpaolo Piccioli, por su parte, consolidó su llegada a Balenciaga con una presentación que mezcló tradición, poder y narrativa, acompañada de una dosis de auténtico asombro.