Hay campañas que no solo presentan una colección: narran una historia. Y esa es precisamente la apuesta de Louis Vuitton con Virtuosity, su nueva línea de alta joyería, protagonizada por una de las actrices más magnéticas de su generación: Ana de Armas.
Convertida en embajadora global de la maison, la actriz cubano-española encarna con naturalidad el espíritu de esta propuesta: una fusión impecable entre técnica depurada y libertad creativa, entre la herencia del savoir-faire francés y la osadía estética del siglo XXI.
Compuesta por 110 piezas únicas, Virtuosity se estructura en dos universos conceptuales: The World of Mastery y The World of Creativity. En el primero, Louis Vuitton rinde homenaje a su dominio artesanal; en el segundo, explora nuevos caminos visuales con audacia y sensibilidad.
Cada joya es una obra en sí misma. La geometría se convierte en narrativa, las piedras preciosas en protagonistas emocionales, y el oro se trabaja como si fuese seda. La colección traza una línea clara entre el arte clásico de la alta joyería y las posibilidades expresivas del presente.
Fotografiada por el noruego Sølve Sundsbø, reconocido por su enfoque vanguardista y experimental, Ana de Armas aparece como una figura etérea y poderosa.
Virtuosity no es solo una colección visualmente impactante; también es una reflexión sobre lo intangible. Sobre el gesto preciso que convierte un boceto en una pieza de museo. Sobre esa línea perfecta que no necesita adornos para comunicar elegancia.
Recientemente, la actriz estrenó Bailarina, película que sigue los pasos de Keanu Reeves, al heredar el mundo de la superación de John Wick, protagonizando su propia historia de acción.