Esteban Gutiérrez no imaginó que este 2025 sería un gran año para él y sus compañeros del equipo de futbol americano Tecolotes del Instituto Tecnológico de Nuevo Laredo al entrar Salón de La Fama de Futbol Americano México.
“Tuvimos un festejo el pasado mes de marzo para conmemorar los 50 años del equipo de fútbol americano Tecolotes del Instituto Tecnológico de Nuevo Laredo. Nos cayó de sorpresa durante el evento que el vicepresidente nacional y delegado de Safanal Tamaulipas Mario Vázquez nos diera la noticia que habíamos sido elegidos para ser parte del Salón de La Fama de Futbol Americano Nacional por ser fundadores del equipo del TEC de Nuevo Laredo y por promover el deporte en Tamaulipas”, comentó el ingeniero Esteban Gutiérrez Serrano.
Egresado de la carrera de Ingeniero Industrial en Producción en 1982, Gutiérrez atesora grandes recuerdos de su faceta como deportista universitario al ser parte del equipo los Tecos del Tec, además de proseguir con su preparación académica y profesional con la Maestría en Administración de Empresas en la Laredo State University (parte de UT Universidad de Texas).
“Nunca pensé que esto existiera en México, siempre fue mi sueño cuando veía los nombramientos de jugadores de fútbol americano en Estados Unidos y siempre pensaba ‘algún día’ pero nunca soñé que existiera aquí. De hecho fui a un festejo en Ohio para presenciar el evento imaginando que estaba en México. Esto fue un sueño hecho realidad para mí y para todos los que nos eligieron”, expresó emocionado el deportista.
Para Esteban los recuerdos están presentes por la disciplina con la que se desenvolvió en la cancha, cada día de preparación y esfuerzo ahora tiene su recompensa al entrar al Salón de la Fama.
“Fue una formación para mí, un gran esfuerzo, dedicación, responsabilidad, orgullo de representar a mi Tecnológico. Muchas lágrimas de frustración, alegría cuando ganábamos, sangre derramada por los golpes pero no vencerme por el dolor y no demostrar ser débil ante el oponente. El futbol fue una experiencia que volvería a vivir sin pensarlo 2 veces. Me enseñó a darme cuenta que tenía apoyo de mis compañeros, que el esfuerzo era de grupo. Y lo más importante me dio educación y respeto y siempre dar el segundo esfuerzo, que no hay enemigo pequeño. Lo mejor de todo esto de la ceremonia, los buenos deseos es la emoción de compartirlo con mi hija y se sienta orgullosa de mí”, agregó el entrevistado.