Con el poder de una imagen que trasciende el tiempo y la geografía, Graciela Iturbhttps://www.feminalaredo.com/ide conquistó uno de los galardones más prestigiosos del mundo hispanohablante: el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025.
La fotógrafa mexicana, cuya lente ha sido capaz de capturar lo intangible con obras como “El silencio de una tradición”, “La fuerza de una mirada”, “La poesía de lo cotidiano”, se une ahora al selecto grupo de artistas cuya obra ha marcado un antes y un después en la historia del arte contemporáneo.
El jurado reconoció en Iturbide una voz única, capaz de transformar lo documental en arte y lo visible en símbolo. Mientras, a sus 82 años, la artista nacida en Ciudad de México ha demostrado que la fotografía no solo registra, sino que revela, que no solo observa, sino que interpreta y honra.
Desde las mujeres zapotecas de Juchitán hasta los rituales de los pueblos Seris en el desierto de Sonora, su obra ha sido una exploración constante de la identidad, la espiritualidad y la vida cotidiana de México. Iturbide ha fotografiado también los objetos personales de Frida Kahlo, revelando intimidades que van más allá del retrato y se inscriben en el alma de lo mexicano, bajo la sobriedad del blanco y negro, su sello distintivo.
No es sorpresa que su trabajo haya sido expuesto en espacios de talla mundial como el Centro Pompidou de París, la Barbican Art Gallery de Londres y el Museo de Arte Moderno de San Francisco. Ni que en su carrera figuren premios tan importantes como el Hasselblad en 2008 o el PHotoEspaña en 2010.
Este 2025, su nombre brilló entre 49 candidaturas de 19 países. A pesar de un apagón que obligó al jurado a deliberar por videollamada, la decisión fue clara: la mirada de Iturbide merecía ser celebrada. El premio, dotado con 50 mil euros, una escultura de Joan Miró, una insignia y un diploma, no solo reconoce su trayectoria, sino la potencia simbólica de su obra.
Lejos de detenerse, el legado de Graciela Iturbide sigue en movimiento, desafiando convenciones y abriendo nuevas formas de ver, mientras su fotografía es una invitación a mirar con profundidad, a descubrir en lo simple la complejidad del mundo, y en cada imagen, una verdad compartida.