Cada Navidad, muchos hogares se llenan de magia gracias a un pequeño duende conocido como Elf on the Shelf. Esta tradición surgió en 2005 en Estados Unidos, con un libro escrito por Carol Aebersold y su hija Chanda Bell.
La historia cuenta que los elfos vigilan a los niños durante el día y que cada noche regresan al Polo Norte para informar a Santa sobre su comportamiento.
Al día siguiente, los pequeños duendes aparecen en un lugar distinto de la casa, invitando a los niños a buscarlos y agregando un toque de diversión a la temporada navideña.
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Con el tiempo, la tradición se ha convertido en una rutina creativa para las familias. Cada noche, los padres colocan al elfo en nuevas posiciones y lo hacen realizar travesuras, desde mensajes divertidos hasta escenas cómicas con objetos del hogar.
Esto no solo entretiene a los niños, sino que también les enseña valores como el buen comportamiento y la paciencia de una manera lúdica.
La mejor fecha para iniciar esta tradición es a principios de diciembre, justo al comenzar la temporada navideña, para que los niños puedan disfrutar de la búsqueda diaria del duende durante todo el mes.
Muchos padres colocan al Elf el 1 de diciembre y lo mantienen hasta la Nochebuena, momento en el que, según la historia, el duende regresa al Polo Norte para preparar la llegada de Santa Claus.
La magia del Elf on the Shelf no se queda solo en Estados Unidos, ya que familias de Canadá, Reino Unido, México y otros países han adoptado la tradición, adaptando las travesuras y la historia a sus costumbres navideñas.
Además, las redes sociales han ayudado a popularizarla, con padres compartiendo las ocurrencias de sus duendes y convirtiendo al Elf en un fenómeno viral que inspira creatividad y risas en millones de hogares.
Así, el pequeño duende se ha ganado un lugar especial en la Navidad moderna, combinando tradición, juego y enseñanzas en una sola figura traviesa que todos esperan encontrar cada mañana.