Usar ropa interior de colores en Año Nuevo es una de las tradiciones más populares para recibir el año, especialmente en países de América Latina, donde se asocia con los deseos y propósitos que cada persona busca atraer en los próximos meses.
Aunque no tiene un origen científico ni religioso, el ritual se mantiene vigente como un gesto simbólico de renovación y buena energía.
Cada color suele relacionarse con una intención distinta:
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- Amarillo: Se asocia con la abundancia, el dinero y la prosperidad.
- Rojo: Representa el amor, la pasión y el fortalecimiento de las relaciones.
- Blanco: Simboliza paz, armonía y nuevos comienzos.
- Verde: Se vincula con la salud, el bienestar y la estabilidad.
- Azul: Se relaciona con la calma, la tranquilidad y el equilibrio emocional.
- Negro: Se interpreta como protección, seguridad y fortaleza personal.
Además del color, la tradición incluye algunas creencias adicionales que varían según la región. En ciertos lugares se dice que la ropa interior debe ser regalada y no comprada por uno mismo, mientras que en otros se acostumbra estrenarla justo a la medianoche.
También existe la práctica de usarla del revés durante la noche del 31 y acomodarla después de las campanadas, como símbolo de dejar atrás lo viejo y comenzar el año con una energía renovada.
Más allá de la prenda en sí, el ritual se basa en la intención con la que se recibe el año y en el deseo de iniciar una nueva etapa con optimismo.
Aunque se trata de una creencia popular, este tipo de tradiciones funcionan como pequeños actos simbólicos que ayudan a visualizar metas y a cerrar el año con una actitud positiva, convirtiendo un gesto cotidiano en una forma sencilla de comenzar el siguiente ciclo con propósito.