La técnica de envolver a los bebés para ayudarlos a dormir ha pasado de ser un consejo de abuela a convertirse en una tendencia de autocuidado para adultos, el swaddling o envoltura de adultos consiste en colocarse en posición fetal, cubrirse de pies a cabeza con tela y, si se desea, ser mecido suavemente por otra persona. Aunque para muchos suene inusual, quienes lo prueban aseguran que puede reducir el estrés, mejorar la calidad del sueño y ofrecer una profunda sensación de calma.
El secreto detrás de esta práctica se llama estimulación por presión profunda (DPS), una técnica que ejerce presión ligera y constante sobre el cuerpo, similar a lo que hacen las mantas con peso, según el Dr. Kien Vuu, médico en Los Ángeles, este tipo de presión disminuye el cortisol y eleva la oxitocina, generando un efecto calmante.
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Entre los beneficios reportados están la reducción de la ansiedad, el alivio de dolores musculares y mejoras en postura y equilibrio, en Japón, una variante conocida como Otonamaki ya se ofrece como tratamiento: envolver a los adultos como a un bebé para reconectar con la sensación de seguridad y contención.
Para probarlo en casa se recomienda usar una tela elástica y ligera, pedir apoyo para envolver todo el cuerpo (incluida la cabeza) y, de ser posible, añadir un leve movimiento de balanceo, también hay opciones comerciales como el Hug Sleep Sleep Pod, popularizado tras aparecer en Shark Tank.
Eso sí, no es para todos: personas con claustrofobia o movilidad reducida podrían sentirse incómodas, por lo que se sugiere consultar a un médico antes de intentarlo, aún así, su creciente popularidad en redes sociales demuestra que, en tiempos de estrés, técnicas antiguas pueden ser un remedio tan simple como efectivo.