¿Te has sentido emocionalmente drenado después de una jornada laboral? No eres el único, según una investigación liderada por Robert Waldinger, psiquiatra de Harvard, la insatisfacción en el trabajo no depende únicamente del sueldo o la carga laboral, sino de dos factores claves: el aislamiento social y el estrés crónico.
La investigación identificó que los trabajos más solitarios y estresantes son los que más afectan el bienestar mental de los empleados, especialmente cuando la interacción humana es mínima o cuando el contacto constante con personas genera tensiones emocionales, como en el caso del servicio al cliente.
“Si estás más conectado con la gente, te sientes más satisfecho con tu trabajo y lo haces mejor”, explicó Waldinger en entrevista con CNBC, la conexión social, más allá de ser un extra, es una necesidad.
Los trabajos con más probabilidades de provocar agotamiento emocional fueron:
- Técnico de farmacia: rutina, estrés y escasa movilidad profesional.
- Ingeniero de proyectos: tareas administrativas que aíslan del ejercicio creativo.
- Maestro: alta exigencia, escaso reconocimiento económico.
- Cajero: jornadas largas, mal sueldo, trato complicado.
- Analista de datos: aislamiento y monotonía.
- Atención al cliente: tensión constante y exposición al conflicto.
Aunque cambiar de empleo no siempre es una opción inmediata, sí se puede empezar por pequeños ajustes: buscar espacios de apoyo emocional, establecer límites, priorizar la vida fuera del horario laboral y cultivar relaciones que nutran. A veces, no se trata solo de lo que haces, sino de cómo te relacionas mientras lo haces, y eso también puede marcar la diferencia entre el desgaste crónico y una vida laboral más equilibrada.