En un mundo donde la narrativa romántica sigue idealizando el sacrificio por amor, muchas personas (en su mayoría mujeres), terminan atrapadas en relaciones donde el afecto duele más de lo que cura. El abuso emocional no grita, no golpea… pero desgarra desde adentro.
Psicólogos como Walter Riso o Silvia Congost han advertido que este tipo de maltrato es uno de los más difíciles de identificar, precisamente porque se oculta tras frases disfrazadas de amor, que esconden control, la manipulación y el aislamiento: "Es por tu bien"; "Sin mí no eres nada"; "Nadie más te va a querer como yo.
Walter Riso, psicólogo y escritor, ha escrito extensamente sobre las relaciones tóxicas y el abuso emocional, especialmente en el contexto del amor y la dependencia afectiva. Riso enfatiza que el amor sano se basa en la libertad y el respeto mutuo, y no en la dependencia ni en el sometimiento emocional. Él advierte sobre el peligro de confundir el amor con la dependencia, que puede llevar al sufrimiento y a relaciones abusivas.
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Las víctimas suelen experimentar ansiedad, disminución de autoestima, confusión y una constante sensación de culpa. El agresor puede alternar episodios de ternura con humillaciones sutiles o menosprecios constantes, generando lo que se conoce como “gaslighting”, una forma de manipulación que hace dudar a la persona de su propia percepción de la realidad.
Expertos señalan que el primer paso para salir de una relación así es reconocer el patrón de abuso, buscar apoyo emocional y, si es posible, acompañamiento terapéutico, como lo comenta la terapeuta Adriana Castro, autora del libro "Bombas en el Paraíso".
El amor no debe doler. No debe quitarte la paz ni hacerte sentir menos de lo que eres