En un mundo donde los ultraprocesados dominan los pasillos del supermercado y el tiempo para cocinar escasea, muchas veces elegimos alimentos que, sin saberlo, afectan seriamente nuestra salud, ¿Sabías que ciertos productos muy populares podrían estar saboteando tu bienestar desde adentro? Desde bebidas azucaradas hasta embutidos, expertos en nutrición coinciden: hay alimentos que es mejor reducir o eliminar de tu dieta si realmente quieres sentirte bien y prevenir enfermedades crónicas.
Aunque la respuesta no es la misma para todos, instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Americana del Corazón y el Instituto Nacional de Salud Pública han identificado patrones de alimentación poco saludables que se repiten, a continuación, te compartimos 11 alimentos que, según especialistas, deberías evitar o limitar al máximo.
- Bebidas azucaradas: Refrescos y jugos procesados pueden contener hasta 10 cucharadas de azúcar por porción, lo que eleva el riesgo de diabetes tipo 2, obesidad y caries.
- Comida rápida: Hamburguesas, pizzas, papas fritas: prácticas, sí, pero llenas de grasas trans y sodio, ingredientes relacionados con enfermedades cardiovasculares.
- Snacks procesados: Papas, galletas y barritas suelen tener aditivos y grasas que no aportan nutrientes. Elige frutos secos o fruta fresca como alternativa.
- Carnes procesadas: La OMS clasificó el jamón, tocino y salchichas como “carcinógenos tipo 1” debido a su asociación con el cáncer colorrectal.
- Dulces y postres industriales: Ricos en azúcar y grasas saturadas. Opta por frutas naturales, chocolate oscuro o postres caseros sin azúcar añadida.
- Pan blanco y harinas refinadas: Provocan picos de glucosa y carecen de fibra. El pan integral o de centeno es una mejor opción.
- Salsas y aderezos industrializados: Muchos tienen azúcar oculta, grasas malas y conservantes. Lo ideal: prepararlos en casa con ingredientes frescos.
- Cereales azucarados: Especialmente dirigidos a niños, son bombas de azúcar. Cambia por avena natural o cereales integrales sin azúcares añadidos.
- Lácteos enteros en exceso: Contienen grasas saturadas. Las versiones bajas en grasa o vegetales son alternativas más ligeras.
- Alimentos congelados procesados: Pueden parecer prácticos, pero suelen tener aditivos, sal y azúcar ocultos. Lo mejor: cocinar en casa y congelar tus propios platillos.
- Alcohol en exceso: Afecta hígado, cerebro y corazón. Un consumo moderado o nulo es lo recomendado por la OMS.