La presentadora Galilea Montijo recibió medidas de protección por parte del Poder Judicial de la Ciudad de México, luego de que su equipo legal documentara una campaña sistemática de hostigamiento, difamación y violencia psicológica emprendida por el periodista Javier Ceriani, la resolución, calificada como inédita en el ámbito del entretenimiento nacional, marca un nuevo camino legal para enfrentar la violencia de género en el entorno digital y mediático.
La decisión judicial surge tras una serie de declaraciones y publicaciones de Javier Ceriani en el programa ‘Chisme No Like’ y en su propio espacio noticioso en YouTube, donde el argentino vinculó a Galilea Montijo con figuras del crimen organizado y difundió imágenes obtenidas por paparazzi en las que, según él, la presentadora visitaba líderes de la santería y otros personajes.
A través de un comunicado oficial, el equipo legal de Montijo confirmó que la autoridad reconoció la existencia de violencia psicológica, digital y mediática, derivada de publicaciones y comentarios difundidos por Ceriani en redes sociales y plataformas de contenido.
Las medidas emitidas incluyen:
- Prohibición absoluta de contacto o acercamiento físico del agresor a la víctima.
- Restricción de proximidad a su casa, centro de trabajo o sitios que frecuenta.
- Impedimento de intimidación directa o indirecta hacia Montijo o su círculo cercano.
- Custodia personal y domiciliaria.
- Vigilancia de cumplimiento por parte de la Fiscalía General de Justicia capitalina y la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
- Eliminación inmediata de contenido digital violento.
Este fallo también instruye a que todas las plataformas donde se haya difundido contenido relacionado acaten la resolución, lo que establece un precedente sin equivalentes en la regulación de violencia digital de género en México.
Galilea Montijo, quien ha sido blanco de campañas mediáticas a lo largo de su carrera, reconoció la decisión como un paso importante en la defensa de las mujeres que trabajan en medios de comunicación, muchas veces expuestas a un tipo de pirotecnia digital que atenta contra su integridad emocional y su imagen pública.