REMEDIO CASERO

Así es la bebida natural que ayuda a mantener el intestino en equilibrio y a cuidar la digestión

Con propiedades digestivas y antioxidantes, esta mezcla ancestral sigue ganando popularidad como complemento para una dieta equilibrada

La bebida para ayudar a tu estómago.Créditos: Canva
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En el universo de los remedios caseros, pocas combinaciones han resistido el paso del tiempo con tanta aceptación como el jugo de papaya con semillas y limón.

Heredado de la medicina tradicional mexicana, este preparado ha acompañado a generaciones que buscaban mantener la salud intestinal de manera natural. Más allá de la tradición, la ciencia ha comenzado a explorar sus posibles beneficios, despertando un renovado interés en esta sencilla pero poderosa mezcla.

La papaya, fruta tropical de pulpa suave y dulce aroma, es una fuente rica de fibra, vitamina C y antioxidantes. En su interior, las pequeñas semillas oscuras concentran compuestos como alcaloides, flavonoides y ácidos grasos, a los que algunos estudios atribuyen propiedades antimicrobianas y la capacidad de favorecer el equilibrio de la microbiota intestinal.

El limón, con su aporte de ácido cítrico y vitamina C, complementa la fórmula con un toque refrescante y potencialmente estimulante para la digestión.

En la tradición popular, este jugo se bebe en ayunas, como parte de rutinas periódicas para “limpiar” el organismo. Sin embargo, la evidencia científica en humanos sobre su acción desparasitante aún es limitada, y los especialistas coinciden en que no debe sustituir un diagnóstico ni un tratamiento médico.

Al respecto, la nutrióloga mexicana María del Carmen Ruiz, autora de Alimentación y bienestar digestivo dijo que si bien su uso puede ser un complemento en una dieta saludable, no es un sustituto de la atención profesional.

Integrar este jugo a la dieta es sencillo: basta licuar la pulpa de media papaya con una cucharadita de semillas y el jugo de un limón fresco.

Su sabor combina la dulzura frutal con un ligero amargor y acidez que, para muchos, es parte de su encanto. Más que una cura milagrosa, representa un gesto de autocuidado que recuerda la sabiduría de las cocinas familiares, donde los ingredientes sencillos podían transformarse en aliados de la salud.