PUEBLOS MÁGICOS

'Playa de siete colores': la maravilla del Caribe mexicano que parece sacada de un sueño

Ubicada en Quintana Roo, esta laguna de agua dulce impresiona por su belleza natural, sus fenómenos ópticos y su riqueza ecológica milenaria

¿Dónde está la playa de siete colores en México?Créditos: Facebook SedeturQROO
Escrito en TURISMO el

Conocida popularmente como la “Playa de siete colores”, esta maravilla natural no es playa ni mar: es una laguna de agua dulce que sorprende con una gama hipnótica de tonos que van del azul profundo al turquesa más cristalino. Un espectáculo que no necesita filtros.

Ubicada en el sur de Quintana Roo, a poco más de 40 kilómetros de Chetumal, la Laguna de Bacalar ha conquistado la mirada y el corazón de viajeros, fotógrafos y científicos. Su belleza es tal que muchos la comparan con destinos de fantasía como las Maldivas o Bora Bora, pero con un toque ancestral que la hace única en el mundo.

¿Por qué siete colores?

La explicación está en la ciencia, no en la leyenda. Tres factores naturales son los responsables de este caleidoscopio acuático:

Profundidades variables, que van desde zonas someras hasta cenotes de más de 90 metros, permiten diferentes grados de absorción de la luz.

Un suelo rico en carbonato de calcio (similar al de las playas del Caribe) que refleja la luz solar con una intensidad deslumbrante.

Microorganismos, sedimentos y flora acuática que influyen en la refracción y cambian sutilmente los matices del agua.

Todo ello se traduce en un fenómeno visual que varía a lo largo del día y que hace que, desde la orilla, la laguna parezca un degradado líquido de acuarela.

Más allá de su magnetismo visual, Bacalar es una experiencia sensorial: navegar en kayak al amanecer, flotar entre los rápidos de Xul-Ha o sumergirse en el Cenote Azul son apenas algunas de sus propuestas. Todo esto rodeado de una comunidad que, en los últimos años, ha apostado por el turismo sustentable y la preservación del entorno.

Declarada Pueblo Mágico en 2006, Bacalar también ofrece un viaje al pasado con su fuerte de San Felipe, construido en el siglo XVIII para protegerse de los piratas, y una gastronomía que fusiona sabores mayas con el Caribe profundo.