Por siglos, el pueblo wixárika mejor conocido como huichol ha bordado, tallado y tejido sus orígenes en cada obra de arte. Chaquiras, estambres, madera y telas se convierten en altares visuales que relatan su conexión con el mundo espiritual. Hoy, esa herencia se transforma en una experiencia viva: La Ruta del Arte Huichol, es un viaje cultural que atraviesa la Sierra Madre Occidental, conectando los estados de Nayarit, Jalisco, Zacatecas y Durango que invita a conocer, admirar y respetar una de las expresiones culturales más profundas de México.
En el corazón de esta ruta está Tatei Kie -San Andrés Cohamiata- en el municipio de Mezquitic, Jalisco, una de las cinco comunidades wixaritari que preservan con firmeza sus usos y costumbres. Aquí, el arte no se produce para “decorar”, sino para comunicar con lo divino.
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La ruta continúa por Tepic, capital de Nayarit, donde museos como el Centro de Arte Contemporáneo Emilia Ortiz ofrecen colecciones de arte huichol moderno y tradicional. Más al norte, en Zacatecas, el mercado de artesanías de Jerez y galerías como Arte Wixárika en la capital permiten conocer el rostro contemporáneo de esta herencia milenaria.
El arte huichol ha llegado a galerías de Nueva York, Berlín y Tokio, incluso al ser homenajeado en 2018 por marcas como Dior, sin perder su raíz. Cada visita a esta ruta es una oportunidad no solo de contemplar, sino de comprender: detrás de cada chaquira está el eco de un canto antiguo, de una caminata al Wirikuta, de un pueblo que nunca ha dejado de hablar con los dioses.