Angelina Jolie siempre ha sido conocida por su fortaleza y autenticidad, pero hay momentos en la vida que incluso la más poderosa de las personas necesita enfrentar en silencio.
Su divorcio con Brad Pitt fue uno de esos capítulos difíciles, marcado por emociones, decisiones complejas y ajustes legales que hasta ahora permanecían lejos del ojo público.
En declaraciones recientes, presentadas en documentos judiciales el 6 de octubre de 2025, Jolie ha revelado aspectos hasta ahora desconocidos de su separación, finalizada legalmente en diciembre de 2024.
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La actriz describe el proceso como traumático y, con la intención de reducir tensiones, cedió a Pitt el control total de propiedades compartidas, incluyendo su residencia en Los Ángeles y la finca Château Miraval en Francia, sin recibir compensación.
La disputa sobre Miraval comenzó tras la venta de su participación a la empresa Tenute del Mondo en 2021. Según los documentos, Pitt alegó que Jolie violó un acuerdo previo que requería aprobación mutua para la venta, mientras que Jolie acusó a Pitt de emprender una “guerra vengativa” en su contra.
La actriz también compartió que, debido a los eventos dolorosos asociados a la propiedad, ni ella ni sus seis hijos han regresado a Miraval desde la separación.
Aunque el divorcio se haya finalizado legalmente, las disputas continúan. Jolie ha solicitado recientemente que Pitt le reembolse $33,000 en honorarios legales relacionados con litigios pendientes, un recordatorio de que cerrar un capítulo importante a veces lleva tiempo y requiere esfuerzo adicional.
Angelina Jolie se muestra ahora más abierta sobre lo vivido, y aunque la separación con Brad Pitt marcó un antes y un después en su vida, también resalta su compromiso con sus hijos y con su propia paz emocional.
Su historia es un recordatorio de que incluso las figuras más admiradas enfrentan desafíos personales y legales que moldean su camino y su fortaleza.