Durante los últimos años, Andrés enfrentó un intenso escrutinio público por su relación con Jeffrey Epstein y las acusaciones de abuso presentadas por Virginia Giuffre.
Documentos y correos electrónicos que contradecían sus declaraciones sobre el distanciamiento con Epstein generaron un fuerte desgaste en la reputación de la monarquía británica.
En octubre de 2025, Andrés anunció que dejaría de usar el título de Duque de York y otros honores, argumentando que:
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Las continuas acusaciones sobre mí distraen del trabajo de Su Majestad y de la familia real.
Pocas semanas después, el rey Carlos III inició un proceso formal para retirarle todos sus títulos y su estilo como príncipe, además de ordenarle desocupar su residencia oficial.
Cambios en su vida: títulos, residencia y estilo de vida
A partir de ahora, Andrés será conocido como Andrés Mountbatten Windsor, sin derecho a utilizar el título de Duque de York ni otros honores de la realeza. Esta decisión marca el fin de su participación en eventos oficiales y la reducción de su visibilidad pública.
Respecto a su residencia, deberá abandonar la Residencia Real, en el Parque Real de Windsor. Su nuevo hogar estará en la finca privada de Sandringham, en Norfolk, propiedad del rey, y será financiado de manera privada.
Sin embargo, no se ha hecho pública la ubicación exacta dentro de las aproximadamente 150 propiedades de la finca. Este cambio implicará una vida más discreta, centrada en actividades privadas lejos del ojo público.
Su situación financiera
Con la pérdida de sus títulos y honores, la vida financiera de Andrés también cambiará. Ya no recibirá asignaciones oficiales de la monarquía, por lo que sus ingresos dependerán principalmente de su pensión de la Marina Real, que asciende aproximadamente a £20000 al año, y de un estipendio privado que le proporcionará el rey para cubrir su traslado y mantener su nueva residencia en Sandringham.
Además, se habla de un pago adicional por abandonar anticipadamente la Residencia Real, aunque ese monto podría ajustarse según los costos de mantenimiento de la propiedad.
En conjunto, aunque seguirá teniendo recursos, su margen económico será mucho más limitado que antes y dependerá en gran medida del apoyo privado del monarca y de su propio manejo financiero.
La pérdida de títulos y la reubicación marcan un antes y un después para Andrés, su margen de acción pública se reduce drásticamente y su vida transcurrirá en un segundo plano.
La monarquía envía un mensaje claro sobre la responsabilidad y la reputación, mostrando que incluso un miembro real puede perder privilegios cuando su conducta afecta la institución.
Para muchos, este caso representa una caída de privilegios y un recordatorio de cómo las decisiones personales pueden tener consecuencias profundas en la esfera pública y financiera.