A pocas horas de la final de Miss Universe, el ambiente alrededor de Fátima Bosch se transformó en una ola de apoyo. Decenas de mexicanos viajaron hasta Tailandia y se reunieron en las inmediaciones del hotel donde la finalista se preparaba, llevando banderas, ramos, globos y celulares listos para registrar el momento.
Entre la tensión de los últimos ensayos y la expectativa de la gala, la sorpresa les dio a todos un respiro de emoción. El encuentro no solo fue una reunión espontánea y llena de orgullo mexicano. Los asistentes organizaron una serenata con mariachi que llegó al lugar entonando "Cielito Lindo" entre aplausos y cámaras encendidas.
Las primeras notas hicieron que el ambiente cambiara por completo y los presentes comenzaron a cantar al unísono mientras agitaban banderas con emoción.
Además se escucharon los gritos de “¡México!” y “¡Sí se puede!”, que retumbaron entre los pasillos del hotel y envolvieron a Fátima en un momento inolvidable.
La combinación del mariachi, las voces y la energía colectiva creó un ambiente tan cálido que incluso turistas y staff del lugar se detuvieron para observar.
Fátima, visiblemente conmovida, no pudo contener las lágrimas al ver a sus compatriotas reunidos con tanto cariño. Entre abrazos y saludos, la finalista agradeció el gesto con un “Los amo con todo mi corazón”, expresión que rápidamente viajó a redes y reforzó el impacto del momento.
El recibimiento no solo fortaleció el ánimo de la mexicana, también consolidó el apoyo incondicional de su comunidad. Con una despedida tan especial y tan cargada de emoción, Fátima llega a la gran final rodeada de energía positiva y de la convicción de quienes creen fielmente en su desempeño.