La disputa por el control de Warner Bros. tomó un giro inesperado al revelarse que Paramount lanzó una oferta pública de adquisición por WBD. La propuesta asciende a 108.400 millones de dólares, pagando 30 dólares por acción en efectivo, superior a la oferta de 27.75 dólares por acción que Netflix había acordado unos días antes.
Paramount señala en su oferta que esta ruta en efectivo y la compra de la empresa completa, incluyendo estudios, streaming, redes de cable y canales globales, representa una alternativa más segura, transparente y rápida que la operación de Netflix, que contemplaba mezcla de acciones y deuda.
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La carta enviada por Paramount a la junta directiva de WBD cuestiona la parcialidad del proceso de venta, acusando al consejo de favorecer únicamente a Netflix. Según sus abogados, el procedimiento en curso habría abandonado la “apariencia y realidad” de una subasta justa, dejando menos opciones a los accionistas.
La irrupción de Paramount complica el panorama, el acuerdo previamente anunciado entre Netflix y Warner (valorado en aproximadamente 82.7 mil millones de dólares por los activos de cine y streaming) podría enfrentarse a una batalla legal, regulatoria o de accionistas si WBD decide reconsiderar.
De concretarse esta oferta, la industria del entretenimiento podría vivir un giro radical, se reconfigurarían alianzas, se redefiniría la distribución de contenido y las cadenas y plataformas podrían reorganizarse bajo un nuevo consorcio. Paramount ha argumentado que su propuesta beneficiaría a la competencia, el cine, la diversidad de contenido y a los accionistas.
Por ahora, WBD debe decidir entre ambas propuestas antes del plazo límite fijado por Paramount, el 8 de enero de 2026. Si acepta el acuerdo con Paramount, Netflix tendría que pagar una penalización por ruptura de contrato, lo que añade presión al proceso.