Alejandro Fernández fue el centro de atención este fin de semana, no solo por su presentación en el Kaseya Center de Miami, Florida, sino también por la polémica que desató al compartir un altercado que tuvo con la policía local. Durante su espectáculo, el cantante reveló que casi fue arrestado y deportado justo antes de subir al escenario.
Estaba trayendo la camioneta para entrar a la arena, de repente agarré uno de los conos… había una patrulla y no estaba el oficial. Agarramos el cono para entrar a la arena y el oficial se nos vino encima y casi nos metían a… casi nos deportaban
Las palabras de Alejandro Fernández han desatado una ola de preocupación entre sus seguidores, quienes empiezan a especular sobre si este incidente podría afectar su visa de trabajo en Estados Unidos.
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No olvidemos que en los últimos meses, varios artistas del regional mexicano han enfrentado la cancelación o suspensión de sus visas laborales, así que la idea no parece tan descabellada. Hasta ahora, no hay informes oficiales de que se haya iniciado una investigación formal en su contra, pero el hecho de que haya hecho público el conflicto podría poner a las autoridades migratorias en alerta.
Legalmente, al no haber sido arrestado ni enfrentado cargos formales, no debería haber consecuencias inmediatas; sin embargo, la actual tensión migratoria en EE. UU. podría jugar en su contra. La preocupación se intensifica especialmente porque Alejandro tiene presentaciones programadas en varias ciudades del país, incluyendo un show este domingo en Estero, Florida, y fechas en septiembre en Texas, Las Vegas y California.
Durante su concierto, El Potrillo también hizo un llamado a la calma, pidiendo a sus fans que no hicieran un escándalo por lo sucedido: “Está complicada la cosa en Estados Unidos con el tema de las deportaciones”, advirtió antes de cerrar su show con un enérgico ¡Viva México! y agradeciendo a su público por ayudar a hacer realidad uno de sus sueños.
Por ahora, su visa no ha sido revocada y sus presentaciones siguen en pie, pero este episodio resalta lo delicado que puede ser cualquier roce con las autoridades migratorias estadounidenses para los artistas latinos.