El Château Miraval, ubicado en la Provenza francesa, no solo fue el lugar donde Brad Pitt y Angelina Jolie se casaron en una ceremonia privada en 2014, sino que también representa una importante inversión para ambos. La pareja adquirió la propiedad en 2008 y desde entonces la convirtió en una exitosa bodega productora de vino rosado de alta calidad.
La disputa legal se intensificó cuando Angelina Jolie vendió su parte de la propiedad a Tenute del Mondo, una filial del grupo Stoli, controlado por el oligarca ruso Yuri Shefler. Brad Pitt, quien aparentemente no estaba de acuerdo con esta venta y tenía un presunto acuerdo con Jolie de que ninguno vendería su parte sin el consentimiento del otro, presentó una demanda alegando que la venta era ilegal y buscaba obtener daños y perjuicios.
La batalla legal entre las ex estrellas de Hollywood continúa en 2025, con nuevas presentaciones y argumentos por parte de ambos equipos legales. La disputa se centra en la validez de la venta de las acciones de Jolie y en las acusaciones cruzadas sobre la gestión y el futuro del viñedo. Pitt alega que Jolie actuó con intención de causarle daño al vender su parte a un competidor, mientras que Jolie argumenta que la relación con Pitt se había deteriorado y que la venta era necesaria.
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El Château Miraval no es solo una propiedad personal para Pitt y Jolie, sino también un negocio lucrativo con una reputación establecida en el mundo del vino. La resolución de esta disputa legal tendrá importantes implicaciones financieras para ambas partes y determinará el futuro de este reconocido viñedo francés. Los tribunales franceses y estadounidenses han estado involucrados en diferentes etapas de este litigio, que parece no tener un final cercano.