Desde sus inicios, Bad Bunny ha sabido dominar los escenarios con una estética provocadora y un estilo irreverente. Sin embargo, esta vez su mas reciente gira ha causado controversia fuera del ámbito musical.
La organización internacional PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) denunció al artista puertorriqueño por subir gallinas vivas durante sus conciertos en la isla, calificando el acto como una forma de maltrato animal.
De acuerdo con PETA, el uso de animales vivos en shows musicales solo perpetúa el abuso y la insensibilidad hacia otras especies. La crítica no es nueva: en abril de 2024, la organización ya había condenado el uso de un caballo durante su gira The Most Wanted Tour.
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Un ‘baile inolvidable’ para Bad Bunny… pero una pesadilla para los animales
Actualmente, el artista se encuentra en plena residencia musical en Puerto Rico, bajo el título ‘No me quiero ir de aquí’, un espectáculo que ha mezclado performance, nostalgia y elementos visuales únicos, con el recurso de animales vivos sobre el escenario que ha encendido el debate ético.
Según el portal Rolling Stone, no existen reportes oficiales sobre daños físicos a las gallinas, pero PETA insiste en que el simple acto de someter a estos animales al estrés del ruido, la multitud y la iluminación del show representa una forma de sufrimiento innecesario.