NO ME QUIERO IR DE AQUÍ

Bad Bunny cierra con broche de oro en Puerto Rico con invitados de lujo; así fue su último concierto

El Conejo Malo cerró su residencia con un espectáculo que combinó emoción, orgullo boricua e invitados de lujo, dejando huella en la historia de la música

Escrito en ENTRETENIMIENTO el

Bad Bunny se despidió de su tierra con un espectáculo que quedará grabado en la memoria colectiva. El Coliseo José Miguel Agrelot de San Juan fue testigo del último concierto de su residencia titulada No Me Quiero Ir De Aquí, un show que no solo reunió a miles de fanáticos, sino que también se transmitió al mundo entero a través de Amazon Music, Prime Video y Twitch.

La función especial se convirtió en una fiesta cultural y emocional, ya que coincidió con el aniversario del huracán María. Desde el primer minuto, el Conejo Malo dejó claro que su intención era rendir homenaje a Puerto Rico y a su gente, al mismo tiempo que ofrecía un espectáculo explosivo con invitados de lujo.

La noche estuvo cargada de momentos icónicos. Uno de los más comentados fue la aparición de Marc Anthony, con quien Bad Bunny interpretó “Preciosa”, un himno de amor a la isla que hizo vibrar al público y arrancó lágrimas entre los asistentes.

El escenario se llenó también de figuras clave del género urbano, como Ñengo Flow, Arcángel, De la Ghetto y Jowell & Randy, quienes desataron la euforia con canciones como “Safaera” y “Acho PR”.

El concierto también tuvo espacio para lo más fresco de la música. Artistas como Chuwi y RaiNao subieron al escenario para interpretar temas recientes, mostrando la conexión de Bad Bunny con las nuevas generaciones del género.

Entre los momentos más simbólicos, Ñengo Flow apareció con una camiseta que llevaba el número 4,645, en memoria de las víctimas del huracán María, un gesto que marcó profundamente a la audiencia.

La producción del show fue un despliegue visual impresionante. Pantallas gigantes, juegos de luces y efectos escénicos acompañaron tanto los momentos de euforia como los más íntimos, como cuando Benito interpretó “Si Estuviéramos Juntos”, dejando que la nostalgia envolviera el recinto.

El propio Bad Bunny dedicó varias palabras de agradecimiento, dejando en claro que este cierre no era solo un concierto, sino un tributo a su gente y a su tierra.

Hoy demostramos una vez más que Puerto Rico es otra cosa.

Expresó con orgullo, recibiendo una ovación que estremeció el Coliseo. Con este último show, Bad Bunny no solo cerró una etapa de su carrera, sino que reafirmó su papel como uno de los artistas más influyentes del mundo. Su despedida fue una mezcla de fiesta, nostalgia y orgullo boricua, una velada que Puerto Rico y sus fans alrededor del planeta difícilmente podrán olvidar.