Sarah Ferguson, ex duquesa de York, estaría considerando dar a conocer su versión de la historia sobre los escándalos recientes que han rodeado al expríncipe Andrés y la han alejado de la realeza, tras recibir ofertas televisivas de seis cifras.
Los rumores señalan que cadenas estadounidenses y del Golfo están interesadas en una entrevista profunda, en la que Ferguson podría relatar su relación con figuras controvertidas y su caída de privilegios. Algunos reportes mencionan incluso el nombre de Oprah Winfrey como posible entrevistadora, lo que elevaría la magnitud del encuentro.
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Para Ferguson, la oportunidad va más allá de exponer su versión, es una vía para reconstruir su imagen pública después de perder su título, su residencia en Windsor y su principal fuente de ingresos. Personas cercanas aseguran que ella está ponderando la oferta no solo por su valor económico, sino también por su impacto personal.
En su equipo también pesan factores estratégicos, fuentes consultadas por medios reales indican que su entorno no ve la entrevista solo como un salvavidas financiero, sino como una plataforma para “reconectar con su audiencia” y reafirmar su autenticidad. Su historia, marcada por controversias, podría resonar con sectores del público que valora la transparencia emocional.
No obstante, esta posible aparición mediática ha generado nerviosismo entre los Windsor, según medios que cubren la realeza, miembros de la familia real temen que Ferguson revele detalles delicados que podrían afectar aún más su reputación institucional, especialmente en un momento en el que la monarquía ya enfrenta desafíos de credibilidad.
Sarah Ferguson ha decidido tomarse su tiempo antes de aceptar cualquier propuesta, está evaluando con cautela cada oferta, consciente de que lo que diga podría definir su nueva etapa pública. Su próxima decisión podría marcar un capítulo clave en su historia mediática y real.