La ex Miss Universo Lupita Jones desató una nueva polémica al expresar su opinión acerca del comportamiento de Fátima Bosch, la mexicana coronada recientemente como Miss Universo 2025. Las críticas de Jones surgieron tras un video que circuló en redes sociales en el que Bosch aparece bailando durante una caravana navideña en su estado natal, un gesto que, según la ganadora de Miss Universo 1991, no corresponde a las expectativas que implica portar una corona de talla mundial.
En su declaración, Jones, quien también fue directora de Mexicana Universal, señaló que, aunque reconoce la naturalidad y espontaneidad de Bosch, considera que su actitud debe ajustarse al rol internacional que actualmente representa. “Miss Universo no es ‘La Flor Tabasco’”, afirmó al referirse al título local que Bosch obtuvo antes de su triunfo, ejemplificando que el papel de una reina requiere un comportamiento con una imagen más protocolaria y representativa.
Te podría interesar
La crítica de Jones se centró en que la coronación de Bosch la coloca en un estatus que demanda una conducta acorde con la responsabilidad de representar no solo a México, sino a toda una organización internacional, y no únicamente a una fiesta regional. Para la exreina de belleza, es fundamental que la actual Miss Universo entienda la diferencia entre su pasado competitivo y las exigencias de la corona mundial.
Pese a la dureza de algunos comentarios, Jones enfatizó que su postura no busca negar la autenticidad o el encanto de Bosch, sino más bien subrayar la importancia de contar con un equipo de apoyo que ayude a manejar la imagen pública y a conducir su reinado con la seriedad que el título exige. Esto incluiría asesoría en protocolo y presencia internacional, aspectos que según Jones aún están en curva de aprendizaje para la actual reina.
La reacción fue inmediata y dividida, por un lado, algunos sectores respaldaron las palabras de Jones, argumentando que el título de Miss Universo requiere una conducta formal y ejemplar, por otro, seguidores de Bosch interpretaron la crítica como un malentendido de lo que significa ser accesible y cercano con el público, especialmente en celebraciones culturales y tradicionales que representan a su país.
Al cierre de 2025, este debate ha colocado nuevamente bajo los reflectores la conversación sobre los estándares de comportamiento de las reinas de belleza en la actualidad, especialmente cuando la figura representa no solo belleza y presencia, sino también liderazgo, cultura y responsabilidad social en un contexto mundial.