Hay amistades que te levantan el ánimo, que te hacen reír hasta el dolor de panza y que están ahí en tus mejores y peores momentos. Pero también hay otras que, sin darte cuenta, te van afectando poquito a poquito. Así que si últimamente una amiga te hace sentir más cansada que feliz, aquí te dejo 10 señales clarísimas de que esa amistad ya no es tan sana, y lo más importante: cómo ponerle un alto sin sentirte mal.
1. Te deja emocionalmente drenada
Si después de hablar con ella sientes que acabas peor que antes, agotada o de malas, ahí ya hay un foco rojo.
Te podría interesar
Ponle un alto: Baja la intensidad del contacto. No tienes que responder al minuto ni verla cada semana.
2. Minimiza tus logros o se burla de ellos
En vez de alegrarse por ti, hace chistes, se burla o cambia el tema.
Ponle un alto: Puedes decirle algo como: “Oye, esto era importante para mí, ¿sí me puedes apoyar sin hacer bromas?”
3. Siempre es tu culpa
Cuando hay un problema, mágicamente tú siempre terminas siendo la responsable.
Ponle un alto: No te lo quedes callada. Dile algo tipo: “Entiendo que estés molesta, pero no es justo que me cargues con todo”.
4. Todo lo convierte en competencia
Siempre quiere tener la razón, ser la más exitosa, la más ocupada, la más todo.
Ponle un alto: Felicítala por lo suyo y cámbiale la jugada: “Qué bueno por ti, pero no se trata de competir, cada quien va a su ritmo”.
5. Solo aparece cuando necesita algo
Desaparece por semanas, pero cuando necesita algo... ahí sí escribe.
Ponle un alto: Marca límites suaves pero firmes: “Últimamente solo me hablas cuando necesitas algo y la neta eso me hace ruido”.
6. No respeta tus límites
Insiste con temas que te incomodan o hace cosas que ya le pediste que no.
Ponle un alto: “Ya te dije que ese tema me incomoda, prefiero no hablar de eso”.
7. Te tira indirectas disfrazadas de bromas
Ese tipo de humor que no da risa, solo duele.
Ponle un alto: Respóndele directo: “Mejor dime las cosas de frente, pero no me tires indirectas disfrazadas de chiste”.
8. Te quiere solo para ella
Le molestan tus otras amistades o te hace sentir culpable por salir con alguien más.
Ponle un alto: “Tengo espacio para todos, no se trata de elegir ni de competir”.
9. No sabe guardar secretos
Lo que le confías, termina siendo chisme de grupo.
Ponle un alto: “Si no puedes guardar lo que te cuento, prefiero no contarte más”.
10. Te da miedo decirle “no”
Sientes que si te niegas, se va a enojar o te va a dejar hablando sola.
Ponle un alto: Aprende a soltar el “no” sin miedo: “Hoy no puedo” o “no me late la idea”, y listo.
Entonces… ¿la terminas o la arreglas?
Poner límites da miedo, pero es el primer paso para cuidar tu paz mental. No siempre hay que cortar de tajo, a veces basta con bajarle la frecuencia, hablarlo con madurez o simplemente tomar un poco de distancia para ver si esa amistad todavía vale la pena.
Y recuerda esto: la amistad no debe doler, ni restarte energía. Rodéate de personas que te hagan sentir segura, feliz, libre. Tú mereces eso y más.