En los últimos años, hablar de “red flags” se volvió parte del lenguaje común cuando se trata de relaciones, sin embargo, en ese mismo espectro de señales de advertencia existe un término menos dramático, pero igual de importante: las beige flags. No gritan “huye” como las banderas rojas, pero sí pueden señalar una desconexión que, con el tiempo, agota, a continuación, te explicamos cómo identificarlas.
Aunque comenzó como una broma en redes, el concepto ha ido ganando peso en el análisis de vínculos amorosos, sobre todo entre quienes buscan relaciones más conscientes o emocionalmente compatibles.
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Esto son las beige flags
Las beige flags son aquellas actitudes que no resultan ofensivas, pero tampoco suman. Y lo que parece neutral o pasable en un principio, puede terminar siendo un foco de desgaste a largo plazo.
No se trata de defectos graves ni alarmas urgentes, tampoco de virtudes, se trata más bien de comportamientos neutros, repetitivos o emocionalmente planos que no necesariamente indican un problema inmediato, pero sí una falta de conexión, profundidad o motivación.
Lo interesante es que no todas las beige flags son iguales para todo el mundo: lo que para ti puede ser desconcertante, para alguien más puede resultar aceptable, por eso identificarlas requiere observar tanto al otro como tus propias necesidades.
¿Cómo identificarlas?
No siempre es inmediato, una beige flag no te altera, pero tampoco te deja claro si estás cómodo o aburrido. Presta atención si te sucede esto:
- No sientes entusiasmo: Hay algo que no te convence, pero tampoco te molesta… del todo.
- La conversación no fluye: Sientes que arrastras la interacción.
- Hay falta de profundidad: El otro no parece tener pasiones, ideas o proyectos que lo muevan.
- Sientes que estás desconectado: Aunque no hay conflicto, no te llena.
Ejemplos comunes:
- No tener hobbies propios: Siempre está “viendo qué haces tú”, pero sin intereses definidos.
- Respuestas planas ante temas importantes: Conversaciones profundas que terminan en un “qué loco”.
- No tomar decisiones: Todo le da igual: “lo que quieras”, “me da lo mismo”.
- No proponer nada nuevo: La responsabilidad de que no se aburran es toda tuya.
- Solo habla de sí mismo(a): No es red flag, pero no pregunta nada sobre ti.