BIENESTAR TOTAL

¿Hacer ejercicio ayuda contra la depresión? podría tratarse de medicina emocional

Mover el cuerpo no solo libera endorfinas, también regula neurotransmisores clave y fortalece tu resiliencia emocional

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Mover el cuerpo es mucho más que una rutina física, caminar, bailar, levantar pesas o practicar yoga también activa procesos en el cerebro que regulan el ánimo, la motivación y la capacidad para lidiar con el estrés. Investigadores y profesionales coinciden: el ejercicio puede ser una herramienta efectiva para mejorar la salud mental y emocional y lo mejor, no necesitas ser atleta para empezar a notar sus efectos. 

No es novedad que hacer ejercicio ayuda a sentirse mejor, pero más allá del famoso “subidón” de endorfinas está todo lo que ocurre dentro del cuerpo de forma silenciosa, profunda y duradera. 

La actividad física regular no solo libera sustancias que nos hacen sentir bien, también ayuda a regular la serotonina y la dopamina, neurotransmisores clave que influyen en nuestro estado de ánimo, motivación y capacidad de respuesta emocional, es decir, moverse puede ser una forma real de encontrar equilibrio mental. 

Pero no todo está en la bioquímica, también está en la experiencia, superar un entrenamiento difícil, comprometerse con una clase semanal o simplemente salir a caminar unos minutos cada día, construye algo mucho más valioso: resiliencia, la sensación de que se puede, de que uno es capaz. 

Consejos para empezar 

  • Encuentra lo que disfrutes: danza, bici, yoga, caminar... lo que sea, pero que te haga sentir bien. 
  • Empieza de a poco: no se trata de forzarte, sino de construir hábito. 
  • Hazlo parte de tu rutina: media hora al día puede marcar la diferencia. 
  • Busca compañía: ejercitarte con alguien te mantiene motivado. 
  • Reconoce tus avances: cada paso cuenta, celébralo. 

El bienestar no depende de una sola cosa, pero cuando el movimiento se combina con una buena alimentación, descanso adecuado y espacios de calma, el cuerpo lo agradece. Y la mente también, porque moverse no solo cambia cómo te ves, cambia cómo te sientes, y eso, ya es un gran comienzo