El consejo de “déjalo reposar y duérmete” no es solo sabiduría de abuela: la ciencia respalda que una siesta breve puede ser clave para tener ese momento ajá en el que la solución aparece de forma inesperada. Un reciente estudio de la Universidad de Hamburgo, publicado en PLOS Biology, demostró que descansar activa procesos cerebrales que potencian la creatividad y la resolución de problemas.
Para comprobarlo, investigadores alemanes pidieron a 90 personas resolver una tarea con una trampa oculta, tras varios intentos, los participantes tomaron una siesta de 20 minutos mientras se monitoreaba su actividad cerebral. Los resultados fueron claros: quienes alcanzaron la fase de sueño N2 (más profunda que el sueño ligero) tuvieron un 86?% de éxito para dar con la solución, frente al 64?% de quienes solo lograron sueño ligero y 56?% de quienes no durmieron.
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El sueño N2 activa patrones eléctricos específicos, como la pendiente espectral, que parecen facilitar conexiones creativas, según la investigadora Anika Löwe, esto explica por qué muchas personas afirman encontrar ideas brillantes tras una siesta.
El estudio también señala que basta dormir menos de 30 minutos para aprovechar estos beneficios, los expertos recomiendan dormir después de la 1:00 p.?m. y mantener el espacio fresco (18 a 20?°C) para facilitar el descanso. Así que, la próxima vez que te estanques en un problema, tal vez la mejor estrategia sea cerrar los ojos un rato.