Empieza a incorporar estas prácticas sencillas en tu día a día, preferiblemente unas horas antes de dormir para no activar el cuerpo justo antes de la cama. Verás cómo, con estos pequeños cambios, tu vida se transforma hacia un bienestar integral y un estilo de vida mucho más pleno y radiante. ¡Despídete del insomnio y saluda a las noches de profundo descanso!
Split Squat. Este ejercicio no sólo fortalece tus piernas, sino que ayuda a liberar la tensión acumulada en el tren inferior, preparando tu cuerpo para la relajación.
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Cómo hacerlo: Da un paso largo hacia adelante, manteniendo los pies a la altura de las caderas. Mantén el torso erguido y baja doblando la rodilla delantera, asegurándote de que el talón no se levante del suelo. Vuelve a la posición inicial empujando con la pierna delantera de forma controlada, evitando rebotes. Realiza varias repeticiones por cada pierna.
Lagartijas: Aunque parezca un ejercicio de fuerza, las lagartijas, realizadas correctamente, pueden ayudar a liberar endorfinas que promueven el bienestar y la relajación muscular posterior
Cómo hacerlas: Coloca las manos un poco más anchas que los hombros y mantén el cuerpo recto como una tabla. Baja el pecho hacia el suelo doblando los codos, luego impúlsate hacia arriba con un movimiento controlado. Si es muy difícil, puedes apoyarte en las rodillas.
Ciclismo: Este ejercicio cardiovascular tiene un impacto profundo y científicamente probado en la calidad del sueño.
¿Por qué funciona? Según el Journal of Behavioral Medicine, las sesiones de ciclismo tienen efectos concretos en el proceso de conciliar el sueño, en el tiempo total de descanso y, lo más importante, en la sensación de recuperación y reparación al despertar. No importa si es en una bicicleta estática o disfrutando del aire libre, ¡sólo pedalea!