Hay pasatiempos que, aunque parecen quedarse en la niñez, pueden ser la clave para recuperar la calma en la vida adulta, Oona Varga, originaria de St. Louis, sabe de esto: pasó su infancia deslizándose en el hielo del Steinberg Skating Rink y rodando por las calles de su vecindario en patines de ruedas. Sin embargo, como sucede con muchos, al llegar la adolescencia y las responsabilidades escolares, el patinaje quedó en pausa.
Todo cambió cuando, a los 22 años, Varga decidió comprarse unos patines nuevos, lo que comenzó como un capricho, pronto se transformó en un ritual de autocuidado, “patinar me devuelve a esa libertad que sentía de niña”, explica Varga. Hoy, entre trabajo y pendientes, su hobby de la infancia es un recordatorio de que no todo debe ser productividad.
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Esta historia no es solo una anécdota emotiva: diversos estudios y expertos respaldan la importancia de reconectar con el juego, la psicóloga Ramani Durvasula, citada por CNN Health, afirma que revivir actividades de la niñez puede ser una estrategia poderosa para aliviar el estrés.
Si algo nos hacía sentir seguros y felices de pequeños, probablemente pueda seguir haciéndolo ahora.
Jugar activa el cerebro y combate la rutina
La ciencia respalda esta teoría, un estudio publicado por PLOS ONE durante la segunda ola de la pandemia de Covid-19 reveló que las personas con una actitud más lúdica mostraron mayor resiliencia emocional, mejor manejo de la incertidumbre y más satisfacción, incluso en escenarios adversos. Los expertos en neurociencia coinciden en que el juego activa el sistema límbico del cerebro, una zona clave para procesar emociones y reforzar conexiones neuronales positivas.
El Dr. Stuart Brown, fundador del National Institute for Play y autor del concepto “personalidades del juego”, va más allá: asegura que todos tenemos un estilo natural de juego, desde actividades creativas como pintar o tocar un instrumento, hasta deportes, juegos de estrategia o incluso el patinaje, identificar ese estilo es, según él, una forma de autocuidado emocional.
Hobbies como terapia accesible
Durante la pandemia, millones de personas retomaron pasatiempos olvidados: armar rompecabezas, bordar, tocar guitarra o bailar en la sala, para muchos, esos minutos de juego fueron su salvavidas emocional, por ello, la Dra. Durvasula recomienda normalizar la idea de jugar en la adultez. “No es infantil, es necesario,” afirma.
En una época dominada por la cultura de la productividad, agendar tiempo para una actividad que no genere dinero ni resultados inmediatos puede parecer un lujo, sin embargo, los beneficios para la salud mental son claros: reduce niveles de cortisol , favorece la creatividad y mejora la concentración en otras áreas de la vida.
Cómo retomar un hobby sin complicaciones
Empezar no requiere grandes inversiones, un par de patines usados, una libreta para dibujar, pinturas, un tutorial gratuito en internet, lo importante es dar el primer paso sin exigencias de perfección, según Durvasula, tener los materiales a la vista aumenta la probabilidad de usarlos.
Además, el juego puede ser social, muchas personas encuentran en talleres de cerámica, clases de baile o grupos de lectura una forma de reconectar con otros adultos desde un espacio de diversión y aprendizaje mutuo.