SIN EXCUSAS

Reprograma tu mente: conviértete en fan del ejercicio

Técnicas respaldadas por ciencia para eliminar el temor anticipatorio y activar la motivación

Técnicas respaldadas por ciencia para eliminar el temor anticipatorio y activar la motivaciónCréditos: Telva
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Si te cuesta trabajo disfrutar el ejercicio, no estás solo: la ciencia confirma que la motivación no siempre surge de forma natural, pero sí se puede entrenar al cerebro para que moverse sea placentero, un estudio reciente de la Universidad Internacional de Florida reveló que quienes gozan más al entrenar tienen una “memoria de placer” más fuerte, mientras que quienes temen la actividad física suelen experimentar “temor anticipatorio” antes de iniciar.

La buena noticia es que no importa si nunca fuiste fan de los deportes: con algunas estrategias basadas en evidencia, puedes cambiar la forma en que tu mente interpreta el esfuerzo físico y volverlo un aliado para la salud.

1. Haz que el ejercicio sea divertido (otra vez)

El doctor Marcelo Bigliassi, autor del estudio, recomienda sumar estímulos positivos a la rutina, como escuchar música motivante, un podcast, o entrenar con amigos puede disparar esa sensación de bienestar, incluso usar realidad virtual o clases temáticas ayuda a mantener la atención y alejar el aburrimiento. Si alguna vez disfrutaste una actividad, volver a intentarlo puede reactivar asociaciones positivas en tu cerebro.

2. Busca un reto alcanzable

De acuerdo con el equipo de Florida International University, la clave está en desafiarse “justo lo necesario”, un entrenamiento demasiado difícil puede resultar frustrante; uno demasiado fácil, en desmotivación. Encuentra tu nivel óptimo: correr a ritmo cómodo, descansar más entre series o hacer pausas estratégicas aumenta la sensación de control y refuerza la constancia.

3. Recuerda por qué lo haces

El cuerpo humano evolutivamente evita gastar energía de más, por eso mentalmente preferimos el descanso, para contrarrestarlo, reprograma tu mente: piensa en los beneficios, el cardio, por ejemplo, no solo fortalece el corazón, también mejora la función cognitiva y la salud mental. Asociar cada sesión con bienestar físico y emocional refuerza la disciplina y la convierte en hábito.

Incluso pensamientos negativos pueden servir como detonadores mentales para ponerte en movimiento, indican los investigadores.

Recuerda: este proceso no ocurre de la noche a la mañana, la clave es la práctica constante: cada sesión de entrenamiento crea una nueva conexión mental que asocia movimiento con placer.