Pocas cosas enmarcan tanto el rostro como unas cejas definidas y unas pestañas largas. En la era de la belleza natural, las fórmulas botánicas han retomado protagonismo, y entre ellos, el aceite de ricino se corona como uno de los favoritos.
Su alta concentración de ácido ricinoleico y vitamina E lo convierten en un potente regenerador capilar. No es casualidad que dermatólogos y gurús del skincare lo recomienden como tratamiento nocturno para fortalecer las fibras pilosas.
Aplicado antes de dormir, este aceite vegetal extraído de las semillas de la planta Ricinus communis, actúa mientras el cuerpo descansa. La mascarilla nocturna consiste en aplicar una pequeña cantidad mejor si es con un cepillo limpio tipo rímel o un hisopo sobre las cejas y pestañas completamente limpias.
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Su uso constante, de dos a tres veces por semana, puede mostrar resultados en cuatro a seis semanas, según indican dermatólogos como Andrea Suárez en publicaciones del American Academy of Dermatology.
Además de fortalecer, el aceite de ricino hidrata y previene la caída, algo esencial en rutinas de belleza donde el maquillaje, el desmaquillante o la exposición solar pueden debilitar la zona ocular. De hecho, celebridades como Kourtney Kardashian y la modelo Miranda Kerr han confesado usarlo como parte de sus rituales nocturnos.
Eso sí: el aceite debe ser puro, prensado en frío y sin aditivos, idealmente con certificación orgánica, además también se recomienda hacer una prueba en la piel antes de aplicarlo en zonas sensibles para evitar reacciones alérgicas.