En el mundo del rejuvenecimiento facial, hay dos nombres que dominan la conversación: bótox y ácido hialurónico. Aunque muchas personas los confunden o creen que sirven para lo mismo, en realidad son tratamientos completamente distintos, tanto en su función como en sus resultados.
Así que si estás pensando en darte un retoquito, pero no sabes cuál te conviene, aquí te lo explicamos para que hagas la mejor elección.
¿Qué es el bótox y para qué sirve?
El bótox (toxina botulínica tipo A) es un neuromodulador, lo que significa que actúa relajando los músculos faciales. Esto impide que se contraigan con fuerza, evitando la formación de arrugas dinámicas, es decir, líneas de expresión como:
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Su aplicación es rápida, casi indolora y los efectos se notan entre 3 a 7 días después. La duración varía entre 3 y 6 meses, dependiendo del metabolismo de cada persona. Mayo Clinic señala que la toxina botulínica se usa principalmente para suavizar arrugas causadas por la contracción repetida de los músculos faciales.
¿Y el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico es un relleno dérmico. Su función no es paralizar músculos, sino dar volumen e hidratar zonas específicas del rostro. Se usa para:
- Rellenar surcos nasogenianos
- Dar volumen a los labios
- Proyectar pómulos
- Mejorar la forma de la mandíbula
- Rellenar ojeras
Además, este componente ya existe naturalmente en tu cuerpo, sobre todo en la piel y articulaciones. Al aplicarlo con jeringa, se integra en las capas profundas de la piel y proporciona un efecto de relleno muy natural. Según WebMD y la American Board of Cosmetic Surgery, el ácido hialurónico ayuda a restaurar el volumen perdido por el envejecimiento y tiene una duración promedio de 6 a 12 meses, dependiendo del tipo y la zona tratada.
Entonces, ¿cuál necesito?
- Si tu meta es prevenir o suavizar arrugas causadas por gestos, como al fruncir el ceño o sonreír, lo ideal es bótox
- Si lo que buscas es dar volumen o corregir asimetrías, tu opción es el ácido hialurónico
Ambos tratamientos pueden complementarse, y por eso muchas personas optan por aplicarlos juntos (lo que los médicos llaman armonización facial), pero siempre debe hacerlo un profesional certificado
¿Y si tengo miedo de verme rara?
Ese miedo es normal, pero la clave está en elegir bien a la persona que te lo aplicará. Cuando el producto es bueno y el médico sabe lo que hace, los resultados no son exagerados, sino todo lo contrario: naturales, frescos y armónicos. Y no, no vas a perder tu expresión
Ningún tratamiento estético es obligatorio. Lo más importante es que lo hagas por ti y no por presión externa. Pero si decides hacerlo, infórmate bien, elige a alguien con experiencia y recuerda que no todo es Instagram. La salud siempre va primero