SUEÑO

La forma en que duermes afecta tu piel; aprende a prevenir arrugas nocturnas

Aquí te contamos cómo pequeños cambios en tu rutina nocturna pueden ayudarte a prevenir el envejecimiento prematuro

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Dormir bien no solo es clave para tu salud mental y física, también lo es para la apariencia de tu piel. Aunque no lo creas, la posición en la que duermes cada noche puede acelerar la aparición de arrugas y líneas de expresión, especialmente en el rostro, el cuello y el escote.

¿Por qué sucede esto?

Durante la noche, al mantener contacto constante con la almohada, la piel puede sufrir presión, fricción y pliegues repetitivos, lo que con el tiempo contribuye a la formación de arrugas conocidas como “arrugas del sueño”. Esto se da sobre todo cuando dormimos boca abajo o de lado, ya que estas posturas hacen que una parte del rostro quede aplastada por horas, noche tras noche.

Las zonas más afectadas suelen ser:

  • Alrededor de los ojos
  • Mejillas
  • Comisuras de los labios
  • Cuello y escote

¿Cómo prevenirlo sin dejar de dormir rico?

Aquí algunos tips súper prácticos para cuidar tu piel incluso mientras descansas:

1. Intenta dormir boca arriba

Sabemos que no siempre es fácil cambiar la posición en la que duermes, pero dormir boca arriba ayuda a que el rostro no tenga contacto directo con la almohada, lo que reduce la fricción y presión sobre la piel.

2. Cambia tu funda de almohada por una de satín o seda

Las telas como el algodón pueden absorber la humedad de tu piel y generar más fricción. En cambio, las fundas de satín o seda son más suaves, ayudan a conservar la hidratación natural y minimizan los pliegues durante la noche.

3. No te saltes la rutina nocturna

Irte a dormir con la cara limpia e hidratada no solo previene brotes, también favorece la regeneración celular. Usa una crema de noche o sérum que ayude a mantener la elasticidad de tu piel.

4. Cuida también tu postura del cuello

No solo es la cara, dormir con demasiadas almohadas o con el cuello mal alineado también puede provocar líneas horizontales en el cuello y papada con el tiempo.

5. Lava tus fundas seguido

La acumulación de grasa, sudor, productos de cabello o polvo en tu almohada puede provocar brotes y acelerar el envejecimiento cutáneo. Lávalas al menos una vez a la semana.
Dormir bien es esencial, pero dormir con conciencia lo es aún más. Hacer pequeños cambios en tu postura y entorno puede tener un gran impacto a largo plazo en la salud y apariencia de tu piel. Y lo mejor ¡sin gastar de más!