Color vibrante, textura suave y un sabor que evoca el trópico: la papaya es mucho más que un postre saludable. En el universo de los superalimentos digestivos, esta fruta se ha ganado su lugar como aliada natural contra el estreñimiento gracias a su combinación única de fibra soluble, agua, enzimas y antioxidantes.
Según la Mayo Clinic, consumir alimentos ricos en fibra como la papaya contribuye a aumentar el volumen y suavidad de las heces, facilitando su paso por el intestino y promoviendo una evacuación más regular. Un solo plato de papaya puede aportar hasta 3 gramos de fibra por cada 100 gramos.
El secreto detrás de su eficacia va más allá de la fibra. La papaína, una enzima digestiva presente de forma natural en esta fruta, ayuda a descomponer las proteínas de los alimentos y mejora la digestión en general.
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Estudios publicados en el Neuro Endocrinology Letters Journal revelan que quienes consumen papaya de forma regular presentan menor incidencia de hinchazón, estreñimiento y malestar estomacal. Además, su alto contenido de agua casi un 90% contribuye a hidratar el colon y estimular la movilidad intestinal sin recurrir a medicamentos laxantes.
Incorporarla a la dieta es sencillo: en ayunas con unas gotas de limón, mezclada en un licuado o como parte de una ensalada con yogurt natural y semillas de chía. ¿Un plus? Su aporte en vitamina C, vitamina A y antioxidantes como los carotenoides también fortalece el sistema inmune, mejora la salud de la piel y protege la vista.