Entre el estrés, el insomnio, las pantallas y los malos hábitos nocturnos, cada vez son más las personas que buscan soluciones naturales para mejorar su descanso. Y justo ahí es donde han entrado en escena el famoso mouth taping (o taping bucal) y los expansores nasales, dos métodos que prometen ayudarte a respirar mejor mientras duermes.
Aunque suene extremo, sellarte la boca con cinta o colocarte un clip en la nariz se ha convertido en parte de la rutina nocturna de miles de personas. Pero no se trata de una moda sin sentido pues tiene una base en la forma en que respiramos y en cómo eso puede afectar todo, desde la calidad del sueño hasta el estado de ánimo al despertar.
¿Qué es el taping bucal y para qué sirve?
El mouth taping consiste en colocar una cinta especial sobre los labios antes de dormir, para fomentar la respiración nasal durante toda la noche. Muchas personas respiran por la boca sin darse cuenta, lo que puede provocar resequedad, ronquidos, interrupciones en el sueño e incluso fatiga matutina.
Te podría interesar
Respirar por la nariz ayuda a filtrar el aire, calentar su temperatura y oxigenar mejor el cuerpo. Por eso, quienes usan esta técnica aseguran que duermen más profundo, se sienten con más energía al despertar y hasta notan una mejora en su piel y en su digestión.
Ojo: No sirve cualquier cinta. Se recomienda usar una cinta hipoalergénica, transpirable y fácil de remover, como las que se venden específicamente para taping nocturno. Y si tienes congestión nasal, apnea del sueño o problemas respiratorios, este método no es recomendable sin antes hablar con un especialista.
¿Qué son los expansores nasales?
Los expansores o dilatadores nasales son dispositivos pequeños, flexibles y reutilizables que se colocan dentro de las fosas nasales antes de dormir. Ayudan a abrir ligeramente el conducto nasal, facilitando el paso del aire y evitando que la nariz se "colapse" al respirar.
Son ideales para personas que tienen congestión leve, tabique desviado o fosas estrechas, y también para quienes duermen con la boca abierta por costumbre. Algunos los usan incluso durante el día, al hacer ejercicio o al meditar.
Lo mejor es que no contienen fármacos, no generan dependencia y no causan efectos secundarios. Solo puede ser incómodo al principio, pero la mayoría se adapta rápidamente.
¿Funcionan realmente?
Los beneficios dependen mucho de cada persona. Hay quienes juran que han dejado de roncar, que se despiertan menos por la noche o que incluso notan más concentración durante el día. Otros no sienten una gran diferencia, o simplemente no logran adaptarse.
Lo cierto es que sí pueden ayudar, pero no son mágicos. Funcionan mejor como parte de una rutina nocturna saludable, donde también haya horarios estables, desconexión de pantallas y un ambiente propicio para el sueño.
¿Vale la pena probarlos?
Sí, siempre que no tengas alguna condición médica que lo contraindique. Son opciones económicas, naturales y fáciles de integrar a tu rutina. Puedes probar el taping unos días y ver cómo reacciona tu cuerpo. Si no te convence, intenta con los expansores. O incluso usar ambos si te funcionan bien juntos.
Eso sí, recuerda que ningún truco reemplaza una consulta médica si tienes ronquidos fuertes, insomnio persistente o apnea del sueño.
Dormir con la boca cerrada y la nariz libre puede parecer una idea simple, pero su impacto en tu descanso puede ser profundo. Y si lo que necesitas es recuperar el control de tus noches, vale la pena intentar lo que tu cuerpo tal vez ha estado pidiendo hace tiempo, volver a respirar bien.