La fecha del 26 de julio es la más popular en varios países de Latinoamérica y se debe a su fuerte conexión con la tradición católica. En este día, la iglesia conmemora a San Joaquín y a Santa Ana, quienes, según los evangelios apócrifos, fueron los padres de la Virgen María y, por lo tanto, los abuelos de Jesús.
Esta fecha se popularizó como una forma de honrar el rol de los abuelos dentro de la familia, considerándolos pilares de la fe y la transmisión de valores.
Es importante destacar que a nivel mundial, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también estableció el 1 de octubre como el Día Internacional de las Personas de Edad, enfocándose en la contribución de los adultos mayores a la sociedad.
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La fecha especial de México: ¿por qué el 28 de agosto?
En México, la celebración del Día de los Abuelos tiene su propia historia. Desde 1983, se conmemora oficialmente el 28 de agosto. La elección de esta fecha se atribuye a una iniciativa de don Edgar de Jesús, quien en la década de 1970 propuso una fecha para honrar a las personas de la tercera edad.
Un esfuerzo que culminó en la institucionalización de este día que no solo busca reconocer la labor de los abuelos como figuras familiares, sino también visibilizar a los adultos mayores como un grupo social con necesidades y derechos que deben ser atendidos.
El festejo en México es una oportunidad para que las familias reconozcan el invaluable aporte de los abuelos, su experiencia y la sabiduría que aportan a las nuevas generaciones, fortaleciendo los lazos que mantienen unida a la familia.
El valor demográfico, más allá de la celebración familiar
La conmemoración del Día del Abuelo en México cobra una relevancia aún mayor si se observan los datos demográficos. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y proyecciones del Gobierno de México señalan que, para el 2050, casi el 30% de la población mexicana tendrá 65 años o más.
Este envejecimiento de la población representa un desafío social significativo que debe ser abordado con políticas públicas adecuadas.
La celebración del 28 de agosto es un recordatorio de que la sociedad tiene la responsabilidad de garantizar el bienestar de los adultos mayores, incluyendo sus derechos a una pensión digna, acceso a servicios de salud y una vida con calidad.